¿ÁLVARO URIBE BEBERÁ LA CICUTA ENVIADA DESDE LA HABANA?

Juan Manuel Santos, el caballo de Troya que se infiltró en el uribismo

¿Álvaro Uribe beberá la cicuta enviada desde La Habana?

Otro gran error de Uribe ha sido el de rodearse, no de guerreros, sino de cortesanos melindrosos que alejan a los verdaderos uribistas y que, aunque lo alaban y aplauden de frente, a sus espaldas conspiran y lo obligan a suicidarse en aras de la ‘Alta Política’ bebiendo la cicuta execrable de la traición

Ricardo Puentes Melo
Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Agosto 14 de 2016

A los colombianos no les interesa la historia, o carecen de memoria histórica y por esa razón es que un equipo de sinvergüenzas, como lo es el gabinete del gobierno, hace que nuestro pueblo caiga una y otra vez en los mismos errores. El menosprecio absoluto por la vida y por la justicia ha conducido a que en el imaginario colectivo se haya enraizado la falsa premisa de que “cualquier sacrificio es bueno en aras de la paz”

Falso. Cualquier paz que se levante degollando a la justicia, solo nos conducirá a hundirnos más y más en las arenas movedizas de esta desgracia que viene sufriendo Colombia desde que el comunismo pisó suelo patrio y el Partido Liberal lo acogió bajo su seno escondiéndolo y entregándole el manejo de la educación, de los sindicatos, de las organizaciones juveniles, de los medios y hasta del entretenimiento, hasta que la bestia pudo caminar por sí misma y ya era tarde para exterminarla.

La lucha de los comunistas ha sido larga, tramposa y llena de traiciones en beneficio de su causa totalitarista. Los diálogos de paz, las amnistías e indultos han formado parte de tal lucha y han servido para su subsistencia, para su reequipamiento militar, para el reencauche de sus ideas y la propagación de sus engaños. Los marxistas no quieren la paz, quieren el poder. Y esa es la razón por la cual mientras hablan de paz y dilatan el engaño, se rearman. Ellos creen que conseguirán el poder -no la paz- por la vía armada, con la destrucción del Ejército que los ha combatido. Y allí también han sembrado su cizaña contando hoy en día con los comandantes de las Fuerzas Militares al servicio de sus causas.

También, como no, han encontrado su lugar agazapados en partidos políticos anticomunistas, como el Partido Conservador, o de “centro”, como el Partido Centro Democrático, donde han hecho una laboriosa tarea de sensibilización con el líder, Alvaro Uribe Vélez, a quien han convencido de que el enemigo no es el comunismo sino un fantasma llamado “castrochavismo”. Desde las épocas como Senador, cuando sus asesores marxistas lo llevaron a liderar el indulto definitivo a la banda terrorista del M19, muchos de cuyos cabecillas entraron a formar parte de su reducido círculo de asesores. Hoy, Álvaro Uribe reconoce que haber indultado a los cabecillas del M19, responsables de crímenes de lesa humanidad, y haberles dado constituyente y cargos de elección popular, fue un error monumental. Aun así, personajes siniestros como Everth Bustamante, responsable de secuestros, genocidios, torturas y asesinatos selectivos, forman parte de la lista uribista electa para el Congreso, junto con otros marxistas que han ido saliendo a la luz quitándose sus disfraces de ovejas.

Yo comparto lo que ha dicho últimamente el hoy senador Álvaro Uribe: que los guerrilleros desmovilizados, no responsables de delitos de lesa humanidad, esos que han sido engañados por cualquier razón y han tomado las armas, podrían aspirar a andar el camino de las urnas. Yo solo le agregaría un requisito más: Que el aspirante desmovilizado fuera demostradamente un anticomunista, no un infiltrado más que, fingiendo arrepentimiento, continúe con la aplicación de todas las formas de lucha. Pero esta clase de anticomunistas no les sirve a los cuadros del Partido, y por eso personajes valiosos como Boris, un exFARC y convencido anticomunista, ha sido tratado como escoria por la “honorable” ala marxista del Centro Democrático. ¡Obvio, no les conviene alguien así..!

Álvaro Leyva, invitado a un conversatorio en el Centro Democrático. Allí, Leyva le pidió a Uribe que se sumara al proceso de La Habana
Álvaro Leyva, invitado a un conversatorio en el Centro Democrático. Allí, Leyva le pidió a Uribe que se sumara al proceso de La Habana

El legado uribista cayó en manos de un jugador de póker, y todos saben por qué: Por el consejo de José Obdulio Gaviria quien le recomendó al entonces presidente Álvaro Uribe que lo acogiera en las toldas uribistas, a pesar de las inclinaciones izquierdistas de Santos, así como a muchos otros marxistas que terminaron manejando la memoria histórica, los presupuestos sociales, los temas de derechos humanos, los proyectos de envergadura internacional. Increíblemente, el expresidente Uribe ignoraba -y lo sigue haciendo- que el enemigo es el comunismo, y que el chavismo no es la amenaza real sino la ideología marxista que ha venido siendo implantada en nuestro país desde finales de los años 20.

Antes de salir exiliado hacia Estados Unidos, traicionado por José Obdulio Gaviria, quien junto con el otro agazapado, ficha del CINEP y JUCO, Alfredo Rangel, entregó mi cabeza a los hermanitos Galán, un alto asesor del círculo de Uribe me dijo:

-“Se la voy cantando para que después no se escandalice. Un grupo de notables estamos tratando de convencer a Uribe de que entre a los diálogos de paz y deje de oponerse a Santos. Santos tiene el poder y está metiendo a la cárcel a todos los uribistas, a sus familiares.. y viene por todos nosotros”

Algunos amigos me hablaron de la necesidad de “quitarle el dulce de la paz” a Juan Manuel Santos, y de la necesidad de que Uribe tomara el control del proceso con las FARC. Por fortuna, el expresidente Uribe aún no cede sobre ese punto, pero no deja de ser preocupante que el discurso suyo haya variado un poco y ya esté aceptando que, si se recomienza el proceso, él entraría a formar parte de la mesa de La Habana sin que ésta tenga que levantarse.

La encerrona a Uribe continuó con el “encuentro casual” con Piedad Córdoba, el 2 de febrero, en una iglesia en Riohacha, que generó un piropo de Uribe y un abrazo entre los dos, imágenes que tanto Piedad como sus aliados difundieron de inmediato en las redes sociales. Luego siguió el viaje a La Habana de una persona de su círculo de confianza; viaje que sucedió el 18 de febrero, en el mismo día que las FARC llegaron a El Conejo, Guajira. El personaje del CD se entrevistó durante ocho horas con “Iván Márquez”.

Como Uribe no cedía ante los consejos de sus asesores, el día 29 de febrero, mientras estaba en Miami, su hermano Santiago Uribe fue arrestado infamemente. Fue un golpe durísimo para el expresidente, algo que nadie se imaginaba que Santos pudiera llegar a hacer.

Increíblemente, en estas últimas semanas hemos sido testigos del giro inexplicable de algunos columnistas que antes se oponían a la impunidad de las FARC pero que ahora aplauden que los terroristas quieran formar partido político.

Uribe promueve la campaña del NO al plebiscito
Uribe promueve la campaña del NO al plebiscito

Y tenemos el caramelo del plebiscito. Otro engaño de Santos y las FARC. Tratan de centrar la discusión en lo inútil ocultando que lo verdaderamente esencial es que la idea de un plebiscito para avalar la impunidad de crímenes de lesa humanidad, ni siquiera debería ser mencionada. Pero no, al contrario, la estupidez colectiva ha sido conducida a enfrascarse en si el adefesio del plebiscito se hace antes o después de las firmas de los acuerdos, en si se deben conocer los puntos del acuerdo o no, etc., olvidando que el solo hecho de hacer este tipo de plebiscito con estos fines es abiertamente anticonstitucional y criminal. Es un hábil movimiento de hampones.

El plebiscito, si se hace (lo cual dudo porque los bandidos quieren una Constituyente, no un plebiscito), es un engaño, una farsa para desgastar a la opinión pública y llevarla a la falsa idea de que los colombianos tenemos poder de decisión sobre el pacto criminal de La Habana. !No tenemos poder alguno!  Si se realiza o no, igual las FARC tendrán su Constituyente y todo lo que buscan. Y así será porque todos, oposición y aliados del gobierno, están montados en ese proyecto que, en estos momentos, sería igual de peligroso que la Constituyente del 91.

El presidente Álvaro Uribe también se está dejando montar por sus asesores en el caballo desbocado de una constituyente donde participen las FARC. Ignora que el Comunismo no perdona y que él es un objetivo militar: la consigna es asesinarlo o encarcelarlo. Para eso, en estos días ha viajado a Colombia un PA (personal del apoyo) del G2, encargado de ir limpiando el camino para el resto de militares cubanos que llegaran a darle los toques finales a la rendición de nuestra patria ante los Castro. Actúan “al margen” de las autoridades de Colombia, pero con la anuencia del gobierno, y su objetivo -a la parecer- es atentar contra los “escollos” del proceso: el Procurador Alejandro Ordóñez, Fernando Londoño, o el mismo Álvaro Uribe, aunque no se descartan otros blancos menos descollantes pero igualmente molestos para Cuba.

Como lo advertimos, los Castro les dijeron a los cabecillas de las FARC que la entrega de Colombia al comunismo (lo que ellos llaman “proceso de paz”) era “irreversible”, y ya vemos por qué. El corajudo Álvaro Uribe está siendo llevado a fuerza de razonamientos y consejos engañosos, hasta el punto de liderar los diálogos de La Habana.

Las FARC necesitan a Álvaro Uribe para legitimar su proceso de paz. Solo Uribe puede salvar esos diálogos y todos lo saben, hasta el desprestigiado Santos. Una vez conseguido eso, Uribe será eliminado o puesto preso.

Otro gran error de Uribe ha sido el de rodearse, no de guerreros, sino de cortesanos melindrosos que alejan a los verdaderos uribistas y que, aunque lo alaban y aplauden de frente, a sus espaldas conspiran y lo obligan a suicidarse en aras de la ‘Alta Política’ bebiendo la cicuta execrable de la traición.

¿Hay salida? Yo solo veo una: Alejandro Ordóñez Maldonado como presidente.

@ricardopuentesm

ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

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