CHÁVEZ Y SU AVENTURA NUCLEAR

“Nosotros no vamos a hacer bombas atómicas”. Infortunadamente para Chávez, es lo mismo que han dicho todos los gobiernos que han escondido su afán de obtener armas atómicas tras la excusa de la energía nuclear con fines pacíficos

LA AVENTURA NUCLEAR VENEZOLANA

Rafael Nieto Loaiza

Por Rafael Nieto Loaiza

Venezuela construirá una planta nuclear con apoyo ruso. Lo anunciaron el viernes Chávez y Medvedev. La agencia ITAR-Tass dijo que se planeaba construir dos reactores nucleares de 1.200 megavatios de potencia y el Ministro de Energía venezolano sostuvo que “la planta tendrá 500”.

El tamaño no importa. La noticia confirma una vez más que Chávez, tras su verborragia y su vulgaridad, hace lo que dice y no pierde de vista sus objetivos, por cuestionables que ellos sean. El proyecto nuclear chavista estaba anunciado. En mayo del 2005, el Teniente Coronel lo hizo público con el argumento de que “algún día el petróleo se va a acabar y el país necesita buscar nuevas fuentes de energía”. Paradójico. Desde Venezuela proclaman en estos días que estarían cerca de desplazar a Arabia Saudita como el país con mayores reservas de crudo en el planeta. No están cañando. Un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos muestra que en la Faja del Orinoco podrían haber yacimientos calculados en 513.000 millones de barriles de crudo pesado, casi el doble de los sauditas. Venezuela tendrá petróleo y gas por muchas décadas.

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Los tratos con Rusia, pues, van más allá de los 4.400 millones de dólares en armamento comprados por Venezuela desde 2005 y de los 5.000 millones anunciados hacia delante (esta semana se supo de la entrega de 35 tanques T-72 y T-90, del interés venezolano en submarinos rusos clase Kilo, y de que Venezuela podría recibir las baterías antiaéreas con misiles S-300 que Moscú no entregará a Irán debido a las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU).

Chávez no dejará fácilmente el poder

[ad#right]El acuerdo explica también el acercamiento de Chávez a Irán, más allá de las compartidas antipatías hacia “el imperio”. El Teniente Coronel ha expresado públicamente su apoyo al programa nuclear iraní, votó en contra de la decisión de la Junta de Gobernadores del OIEA de someter a la consideración del Consejo de Seguridad el propósito de Irán de llevar a cabo actividades de enriquecimiento de uranio, y hay crecientes rumores de colaboración entre los dos gobiernos para la extracción de uranio en la Guayana y la amazonía venezolanas. A diferencia de los persas, Venezuela tiene acceso directo al uranio necesario para su aventura nuclear.

Si bien es verdad que de acuerdo con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares todos los países tiene derecho a desarrollar tecnología nuclear pacífica, y que, como dijo el Teniente Coronel, “somos libres, soberanos e independientes”, no sobra recordar que el uranio enriquecido es un material de doble propósito que puede ser utilizado como combustible para producir energía y como componente en la fabricación de armas nucleares. Por eso Chávez advirtió: “Nos señalarán que vamos a hacer bombas atómicas. No, nosotros no vamos a hacer bombas atómicas”. Infortunadamente para él, es lo mismo que han dicho todos los gobiernos que han escondido su afán de obtener armas atómicas tras la excusa de la energía nuclear con fines pacíficos.

Ahí, sin prisa y sin pausa, y sin que le importe un comino su costo económico y político, Chávez va construyendo su proyecto estratégico. Además queda clarísimo que a pesar del golpe sufrido en las elecciones legislativas pasadas, en que perdió en el voto popular, pero ganó la mayoría de la Asamblea por cuenta de la manipulación desvergonzada del sistema electoral, el Teniente Coronel no tiene entre sus planes entregar el poder

Octubre 17 de 2010

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