CONFESIONES DE UN GENERAL

CONFESIONES DE UN GENERAL

Por Rafael Gómez Martínez

La situación es crítica. No sólo por el invierno, que pasará una cuenta de cobro muy fuerte al país. También lo es, por la descomposición moral de la sociedad, el relativismo moral, la indolencia del sistema financiero y la inoperancia estatal. La corrupción.

En Bogotá, la destrucción de los establecimientos durante las marchas del 1º de mayo por encapuchados y menores de edad. Y a nadie le importa. Comenzaron las obras en la Carrera Séptima, a pesar de las advertencias. Dejaron abandonadas las de la carrera 9 con calle 153, tal vez por culpa de Laureano, y la de la calle 170. Suspendieron a Samuel por tres meses. Por lo menos, tendremos una tregua.

En nivel nacional, el deterioro de la seguridad rural y urbana; el micro-tráfico en Medellín denunciado por el joven y valiente Campuzano. Otro estudiante muerto en Córdoba. Asesinan a quemarropa dos policías durante una procesión en Arauca. Secuestran a un soldado los indígenas en el Cauca. Asesinan salvajemente al cabo tercero José Esteban Coba y al soldado Fernando Builes. Mueren cuatro militares en un ataque en el Guaviare el viernes 29 de abril. Pero a nadie le importa.

Las confusiones creadas por cuenta de los nuevos liderazgos en el interior de las FF.MM. han producido una hecatombe. Además, Rivera, quien está haciendo las de Kerensky, no ayuda de a mucho que digamos.

Confiesa el general Matamoros, en la Hora de la Verdad, que las FF.MM. no cuentan con las herramientas jurídicas, ni mediáticas y que en el interior existe una profunda división por la manera cómo no se está ejerciendo el liderazgo. Y con la moral en el piso.

A su vez, el general Samudio de Acore, comenta que existe una inversión de los valores de la sociedad y que estamos llevando a nuestros hombres a la guillotina. Nuestra justicia, en minúscula, cayó en manos de Robespierre y Danton.

A pesar de lo anterior, Santos Chamberlain y Rivera Kerensky seguirán con su nube rosa de mejores amigos. Es más. Nada de raro tiene un próximo anuncio: se inicia proceso de paz con los líderes que se encuentran en Caracas, gozando de total impunidad. Entonces, nos quedaremos sin la dignidad y sin la plata.

Y Cano, no aparece. Cuando escribía sobre Cano, la muerte de Osama sorprende al mundo. Por algo será el imperio yanqui. Y Chávez que se cuide. No estaría de más, una contrainteligencia en Caracas, la capital del terrorismo internacional, como la bautizó Salas en El Palestino.

Lo que está pasando en Colombia fue lo que pasó en Venezuela antes de Chávez, la Hidra. Y cuando se quiso reaccionar ya era demasiado tarde.

Pero, tranquilos, vamos muy bien.

Puntilla. ¿Se cumplirá la profecía de Enrique Millán en Aresprensa, acerca del beso de Judas, para Uribe? Agua que me quemo, como decía Héctor Lavoe.

Mayo 10 de 2011