HENRIQUE CAPRILES, ¿DEMÓCRATA O IDIOTA ÚTIL?

Henrique Capriles fue solamente un monigote de Chávez. Por eso se dedicó a criticar a Álvaro Uribe, a colocarse del lado de Unasur contra la voluntad popular que exigió cambios en Paraguay; a defender el modelo marxista de Lulla da Silva. Y le alcanzó el tiempo para defender las negociaciones de Santos con las FARC

Henrique Capriles, ¿demócrata o idiota útil de Chávez?

Henrique Capriles fue solamente un monigote de Chávez. Por eso, el “opositor” del déspota venezolano se dedicó a criticar a Álvaro Uribe, a colocarse del lado de Unasur contra la voluntad popular que exigió cambios en Paraguay; a defender el modelo marxista de Lulla da Silva

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Octubre 08 de 2012

Si se atiene uno al discurso que pronunció Henrique Capriles tan pronto salieron los primeros resultados de las elecciones en Venezuela, podemos llegar a creer que los comicios fueron limpios, que Chávez respetó la legalidad, y que en el hermano país no está sucediendo nada grave, que todo marcha bien.

Lo cierto es que Henrique Capriles ganó las elecciones pero su actitud asustadiza frente a Hugo Chávez, y su aceptación del modelo electoral del CNE, controlado totalmente por el tirano de Miraflores, tuvieron como consecuencia los resultados ya por todos conocidos.

En lo personal, Capriles siempre me pareció que sufría de flacidez en el espíritu. Ambivalente, tibio, poseedor de un gran carisma que lo llevó a creer que en Venezuela es posible cambiar el modelo por medio de elecciones populares. Capriles era amado por todos sus compatriotas pero eso no bastaría para derrotar a Chávez. Y Capriles lo sabía.

Henrique Capriles fue solamente un monigote de Chávez. Por eso, el “opositor” del déspota venezolano se dedicó a criticar a Álvaro Uribe, a colocarse del lado de Unasur contra la voluntad popular que exigió cambios en Paraguay; a defender el modelo marxista de Lulla da Silva. Y le alcanzó el tiempo para defender las negociaciones de Santos con las FARC, asegurando que si llegara a ser presidente colaboraría en esos diálogos con los terroristas.

Las condiciones del sistema electoral venezolano son perversas, y Capriles las aceptó a sabiendas de eso. El Consejo Nacional Electoral (CNE) está en manos de Chávez y éste permitió que Capriles entrara en su juego, con sus normas y ambos decidieron jugar a la democracia con pleno conocimiento de que, sin importar el proceso, los resultados favorecerían al dictador.

Al modificar el sistema electoral, Chávez pudo incrementar el registro electoral con la posibilidad de inventarse electores inexistentes, migrando a los votantes hacia centros de votación bien distantes sin que estos fueran consultados, todo para obstaculizar el voto. Multiplicaron el número de mesas para que la oposición fuera incapaz de colocar suficientes testigos electorales, se implementaron las máquinas para captar huellas con el fin de atemorizar a los votantes con posibles represalias; mientras el PSUV pudo utilizar recursos del Estado para financiar la campaña de Chávez, éste persiguió y amenazó con expropiar a los financiadores de la oposición. Se aplicó la censura de prensa; mientras Chávez tuvo acceso sin control a cadenas de radio y televisión, gratis, Capriles fue limitado en tiempo y montos.

Para colmos, se compraron columnistas y periodistas de opinión para que defendieran la idoneidad de este nuevo sistema electoral chavista; se pagaron votos de los sectores más pobres; bajo las nuevas normas electorales, se impidió la participación de observadores internacionales independientes.

Henrique Capriles

También, mediante sobornos millonarios, se logró que voceros nacionales e internacionales salieran a decir por todo el mundo que si no se reelegía a Chávez, o si se cuestionaran los “limpios comicios”, el pueblo venezolano sufriría una guerra civil, una violencia sin escala ni antecedentes. Para ello, se pagaron grupos paramilitares chavistas para desatar opresión y agresiones en diversas regiones del país.

Chávez mismo manifestó públicamente que correrían ríos de sangre si él llegase a perder. Y vociferó que la violencia desatada sería de exclusiva responsabilidad de Capriles.

Todo esto lo conocía Capriles a la perfección, y con ese pleno conocimiento, aceptó participar en el recreo de Chávez. Aceptó el chantaje del opresor y arrastró consigo a millones de venezolanos a quienes hizo creer que el triunfo era posible.

Alejandro Peña Esclusa, en una entrevista que le concedió a Periodismo Sin Fronteras, manifestó que “ (…)nuestros líderes opositores no han querido aceptar esta simple y cruda realidad: Chávez jamás abandonará el poder por la vía pacífica y electoral. Los partidos opositores insisten en promover única y exclusivamente una estrategia electoral para salir de la crisis, pese a que Chávez se burla constantemente de la Constitución y de la voluntad popular.” (Ver la entrevista completa en: https://www.periodismosinfronteras.org/chavez-jamas-abandonara-el-poder-por-la-via-electoral.html )

El daño que le ha infligido Chávez a Venezuela  es enorme. Pero es más imperdonable el que le asestó Capriles jugando con la esperanza del hermano pueblo venezolano con la certidumbre de la imposibilidad de destronar al coronel.

En un mensaje de twitter colocado hoy, Capriles dice “Lamento mucho no haber podido lograrlo, no gané la presidencia, pero gané millones de hermanos que son todos uds,que los llevo en mi alma..”  !Qué fino detalle..!

Por eso no me gusta Capriles. Por acomodado, por someterse a las exigencias del Foro de Sao Paulo, igual que lo hizo Juan Manuel Santos, en cambio de enfrentar la tiranía  y haber liderado un movimiento nacional para hacer valer el mandato del pueblo en cada calle de Venezuela.

Y, creyendo que ganar “millones de hermanos” es suficiente para él, con toda seguridad Capriles se marchará a la comodidad de Europa para disfrutar de unas vacaciones que podrá tomarse gracias a que es riquísimo. Entretando, sus votantes, los venezolanos pobres que creyeron en él, tendrán que seguir sufriendo la opresión, el hambre y el maltrato de ese régimen castrista.

Pero a Capriles, eso poco le importará. Pronto olvidará esta aventura electoral y se sumirá en la rumba de cocteles, bikinis y playas mientras sus atrofiados electores seguirán creyendo que es suficiente con ser parte de esos “millones de hermanos” que Henrique Capriles recordará de vez en cuando.

@ricardopuentesm

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