HISTORIA DE UNA COBARDÍA

Las Farc no tienen nada positivo para ofrecerle al país. Sus recetas socio-económicas y su proyecto político han demostrado que no son viables y, por el contrario, son perjudiciales en grado sumo. ¿Por qué entregarles el campo, como lo ha insinuado de modo irresponsable Santos, y a partir de ahí, el resto de Colombia?

Historia de una cobardía

Las Farc no tienen nada positivo para ofrecerle al país. Sus recetas socio-económicas y su proyecto político han demostrado que no son viables y, por el contrario, son perjudiciales en grado sumo. ¿Por qué entregarles el campo, como lo ha insinuado de modo irresponsable Santos, y a partir de ahí, el resto de Colombia?

Jesús Vallejo Mejía
Jesús Vallejo Mejía

Por Jesús Vallejo Mejía

Julio 22 de 2013

Echo mano del título de una de esas intensas novelas en que Graham Greene se aplica a explorar las profundidades abisales del alma humana, para referirme al fementido proceso de paz que transcurre en la Habana por iniciativa de Juan Manuel Santos, que fue elegido por amplísima mayoría en 2010 para doblegar a las Farc y no para claudicar ante esa organización narcoterrorista.

Un artículo reciente de Néstor Laso, Coordinador del Centro Democrático para la Unión Europea, pone de manifiesto que lo que están haciendo los representantes del gobierno y el propio Santos en sus diálogos con las Farc es protocolizar la rendición del Estado ante ese grupo criminal (http://www.thaniavega.co/blog/colombia-proceso-de-paz-o-rendicion-del-estado-por-nestor-laso/). Lo mismo opina la gran mayoría de los colombianos, según las más recientes encuestas de opinión.

En su editorial de hoy para La Hora de la Verdad señala Fernando Londoño Hoyos el absurdo que representa poner en vilo el destino de más de 45.000.000 de colombianos para someterlos a la dictadura de un grupo que, según el ministro de Defensa, podría contar tan solo con unos 5.000 integrantes. Es una exigua minoría que el 93% de los colombianos detesta por su crueldad, sus depredaciones sin cuento, sus ominosos procederes y, en suma, por su total falta de sintonía con las necesidades de la pobación. (Vid. http://www.radiored.com.co/lahoradelaverdad/editorial-julio-22-de-2015/).

A todo lo largo de este tedioso episodio lo que se ha visto es la actitud prepotente de los cabecillas de este grupo criminal, uno de los más peligrosos del mundo, y la cobardía de Santos y su séquito para enfrentarlos. Hace algún tiempo escribí en este blog que Santos merece ser procesado por indignidad en ejercicio del cargo. Hoy me reafirmo en esa convicción: no merece gobernarnos, pues es hombre sin convicciones, criterio ni carácter.

Santos, Samper y Maduro
Santos, Samper y Maduro

Es claro que las Farc constituyen la peor amenaza contra nuestras libertades, nuestra democracia y, en suma, nuestra institucionalidad.

Quien juró solemnemente  (lo ha hecho dos veces) defender las instituciones de la república y proteger los derechos de los habitantes de su territorio, se hinca ante quienes pretenden destruír aquellas y cercenar estos en aras del proyecto político revolucionario del Socialismo del Siglo XXI.

Es un proyecto que está haciendo agua doquiera se lo ha venido ensayando, comenzando con Cuba, que tarde o temprano seguirá los modelos neocapitalistas de China o Vietnam, y con Venezuela, el país más rico de la región que está en ruinas por la política improvidente de unos demagogos que se han enriquecido escandalosamente a costa del hambre del pueblo que han engañado con sus mentiras y sus delirios.(A propósito de demagogia, invito a los lectores a escuchar esta valerosa homilía de un esclarecido sacerdote español acerca de sus estragos:http://www.magnificat.tv/es/node/8424/29).

Las Farc no tienen nada positivo para ofrecerle al país. Sus recetas socio-económicas y su proyecto político han demostrado que no son viables y, por el contrario, son perjudiciales en grado sumo. ¿Por qué entregarles el campo, como lo ha insinuado de modo irresponsable Santos, y a partir de ahí, el resto de Colombia? ¿Qué razón de peso media para someter al pueblo a los proyectos de unos criminales tan inveterados como incorregibles?

Si el capitalismo, como lo dijo hace poco Su Santidad en Bolivia, exhibe pecados de enorme gravedad, el socialismo no es menos propenso a mostrar los peores rasgos de la naturaleza humana. Aquel, por lo menos funciona y admite cierta capacidad de adornarse con un rostro humano, ya que se adapta así sea mediocremente a un régimen de libertades. El segundo no funciona; además, todo intento por instaurar un “Socialismo con Rostro humano”, como el que candorosamente soñaron los promotores de la “Primavera de Praga” en 1968, ha fracasado de modo rotundo.

Que Santos se despida de su sueño de transitar con las Farc por una “Tercera Vía”, pues nos conduce de la mano con sus capos hacia una pesadilla totalitaria.

Comentarios

Loading Disqus Comments ...
Loading Facebook Comments ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *