LA TRAÍLLA DE SANTOS LA MANEJAN LAS FARC

Los mandados de Santos a las guerrillas siempre se han centrado en conseguir un “proceso de paz” que les garantice impunidad a los terroristas, lavado de activos, regreso a la vida civil en calidad de gobernantes y jueces y, por supuesto, la postración definitiva del Ejército Nacional

Los Santos y Fidel Castro

La traílla de Santos la manejan las FARC

Siendo columnista del diario de su familia, El Tiempo, Juan Manuel utilizó el poder del periódico para conseguir puestos burocráticos ejerciendo presión desde su espacio, y siempre logró sus objetivos

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Noviembre 04 de 2012

El documento que llega a mis manos, y que publicamos a continuación, es otra de las pruebas de que la traílla que lleva colocada el camarada Santos, siendo maniobrada por las FARC (¡Qué digo.. no por las FARC, sino por la madre de las FARC y de todas las guerrillas..!), es una ligazón de viejísima data.

En el documento, el lector podrá apreciar que los mandados de Santos a las guerrillas siempre se han centrado en conseguir un “proceso de paz” que les garantice impunidad a los terroristas, lavado de activos, regreso a la vida civil en calidad de gobernantes y jueces y, por supuesto, la postración definitiva del Ejército Nacional.

Al respecto, no hay que olvidar que fue Juan Manuel Santos, junto con el General Fredy Padilla de León, el guerrillero Carlos Franco, el General Carlos Suárez Bustamante (alias “La Machaca”) y Sergio Jaramillo Caro, entonces viceministro de Defensa y hoy artífice de los diálogos con los terroristas de las FARC, quienes empezaron a postrar al ejército de Colombia ante los pies del comunismo enquistado en las Cortes y la Fiscalía general de la Nación, inventándose que nuestros militares tenían como máxima el asesinar campesinos para hacerlos pasar como guerrilleros, una injuria depravada que ha llevado a la cárcel a miles de soldados y que fue instaurada oficialmente cuando Juan Manuel Santos llegó a la presidencia de la República (ver: https://www.periodismosinfronteras.org/los-militares-son-homicidas-para-mindefensa.html).

Iván Ríos y Juan Manuel Santos, en la època del primer Caguán

Pues bien, ese viejo sueño comunista ha sido publicitado y gestionado tanto por Enrique Santos como por su hermano Juan Manuel quienes aprovechando sus multimillonarias acciones en el diario El Tiempo,  usan desde siempre sus páginas para ejercer de voceros del terrorismo comunista utilizando las gabelas que les brinda la Constitución, y agazapándose bajo el disfraz de “demócratas y amantes de la libertad”. Enrique lo ha hecho como militante de la guerrilla y como editorialista, mientras que Juan Manuel ha hecho el mandado como periodista, ministro y, ahora, presidente.

Siendo columnista del diario de su familia, El Tiempo, Juan Manuel utilizó el poder del periódico para conseguir puestos burocráticos ejerciendo presión desde su espacio, y siempre logró sus objetivos. Buscando su sueño de ser presidente de Colombia sin hacer méritos para ello, aprovechó la coyuntura de la época en que su amigo de infancia Ernesto Samper quedó desnudo ante la verdad de que la mafia narcotraficante lo había llevado a la presidencia. Proclive a la traición, Juan Manuel Santos no tuvo reparos en abalanzarse sobre su amigo Ernesto Samper para exigirle su renuncia utilizando las páginas editoriales del periódico familiar.

Esa fue la primera vez que Santos vio cercana la posibilidad de treparse al solio de Bolívar. Así que organizó una gran conjura para tumbar a Samper pensando que sus viejos amigos ideológicos lo ayudarían a llegar al poder. Pero se equivocó. Las FARC, gracias a los oficios de Álvaro Leyva Durán, prefirieron patrocinar a Andrés Pastrana Arango. De ahí viene el odio de Santos por Leyva (Andrés Pastrana se ganó a Santos como aliado nombrándolo ministro).

Uno de los esfuerzos de Juan Manuel Santos para que las FARC vieran su buena voluntad de apoyarlos, fue la siguiente carta que envió al gobierno de Ernesto Samper, más exactamente a la Comisión Nacional de Conciliación, una especie de Mesa de Diálogos con terroristas de esa época.

Ahí va, esperando que el lector descubra que las reuniones secretas de Santos con los terroristas no son cuento nuevo; que su desprecio por las Fuerzas Militares es parte de su esencia y que todo apunta a convocar una Asamblea Nacional Constituyente para lograr la impunidad constitucional para sus amigos terroristas.

Lo que ahora está haciendo el camarada Santos, es lo que siempre ha intentado hacer. Y está a punto de cumplirlo.

Carta de Santos P 1

 

Carta de Santos P 2

 

Carta de Santos P3

 

Carta de Santos P 4

 

Carta de Santos P 5

 

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