LA TRISTE REALIDAD DE HONDURAS

“La policía se prestó a todo tipo de manejos turbios y sucios, como avalar el cobro de las extorsiones a empresarios que eran amenazados por bandas juveniles y también criminales”

La triste realidad de Honduras

Entrevista a Ramón Custodio, ex Defensor del Pueblo de Honduras (conadeh)

“La policía se prestó a todo tipo de manejos turbios y sucios, como avalar el cobro de las extorsiones a empresarios que eran amenazados por bandas juveniles y también criminales”

Ricardo Angoso
Ricardo Angoso

Por Ricardo Angoso
Junio 10 de 2016

Ramón Custodio fue durante muchos años el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) de Honduras -una suerte de institución parecida al Defensor del Pueblo-, desde donde tuvo un papel determinante en la defensa de la democracia y las instituciones representativas durante la crisis política que padeció Honduras en el año 2009. En los años ochenta, durante uno de los periodos más controvertidos de su país, fue un activista muy conocido en defensa de los derechos humanos y también de los hondureños más desfavorecidos.

LA CORRUPCIÓN, ¿PRIMER PROBLEMA DE HONDURAS?
Ricardo Angoso: Recientemente se han descubierto conexiones de la cúpula policial hondureña con el crimen organizado y con el narcotráfico, ¿qué impresión le produjo este suceso?

Ramón Custodio: Lo que estamos viendo confirma que las dudas y sospechas que teníamos, en el sentido de que la policía hondureña era un cuerpo corrompido, eran ciertas. Una corrupción que no solo afecta a la cúpula policial, sino también a los mandos intermedios y también a meros agentes. La corrupción no solo englobaba a la cúpula sino que funcionaba con el asentimiento de los cuadros medios y también bajos. Estos eran los verdaderos agentes de esta trama de corrupción organizada dentro de la policía.

Esto ha ocurrido como consecuencia de que la Fuerza de Seguridad Pública, que eran parte de las Fuerzas Armadas hondureñas, llegó a ser tan corrupta como todas las policías que tuvimos en el pasado, agregando el hecho del carácter de represión política que tuvo en la década de los ochenta. El problema vino de una Ley Orgánica que otorgó a la Policía Nacional Civil (PNC) las competencias de asuntos internos, lo que significaba, de hecho, que el propio delincuente se investigase a sí mismo. Este error legislativo se trató de compensar creando una alianza de fuerzas políticas y de miembros de la sociedad civil a través de una entidad que se denominó Consejo Nacional de la Seguridad Interior. Pero realmente nunca llegó a funcionar porque quien llegaba a responsable de la seguridad a nivel nacional percibía que ese organismo les restaba autoridad. Así fue posible, gracias a esa búsqueda del poder absoluto, que decayera y se convirtiera en un ente infuncional el Consejo de Seguridad Interior y que tan solo tuviera algún momento de esplendor durante el gobierno provisional del año 2009.

La policía se prestó a todo tipo de manejos turbios y sucios, como avalar el cobro de las extorsiones a empresarios que eran amenazados por bandas juveniles y también criminales. Incluso se sospecha que algunos miembros de la policía han participados en ejecuciones (asesinatos) extrajudiciales; algunos agentes se convirtieron en sicarios o gavilleros al servicio del crimen organizado. Lo que que ahora estamos escuchando, en forma de denuncias, y de cómo fueron planificados algunos crímenes conocidos, como el del “zar antidrogas” Julián Arístides González, es que dentro de la policía había un cuerpo de sicariato que ejecutaba los crímenes. Incluso hubo un reparto de corredores para el paso de la droga por parte de algunos responsables policiales y políticos, la mafia estaba instalada dentro del Estado.

Ramón Custodio
Ramón Custodio

EL NARCOTRÁFICO, OTRO FLAGELO
R.A.:¿Parece que el narcotráfico “contaminó” a todas las estructuras del Estado, incluyendo a la policía?

R.C.: Definitivamente, el reparto de los corredores del tráfico de drogas por parte de dos altos responsables políticos de la seguridad en Honduras muestra a las claras que hay estructuras permanentes ligadas al narcotráfico y que actúan con toda impunidad.

R.A.:¿Qué opinión le merece esa idea que se abre paso de que para vencer el narcotráfico, hay que legalizar las drogas?

R.C.: Esa tesis se ha ido imponiendo en los últimos tiempos y está en boga incluso hoy. Pero yo, en mi opinión personal, me he opuesto a esa tesis. Sin embargo, viendo lo que ha pasado en el Uruguay del presidente Múgica, en el sentido de que legalizó algunas drogas no dañinas, como la marihuana, creó que fue positivo ese hecho y consiguió luchar contra el crack, que golpeaba a los jóvenes más pobres.

R.A.:¿No cree que sin una mayorimplicación de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico no hay nada que hacer?

R.C.: Mientras los Estados Unidos no pongan orden dentro de su casa, muy pocas esperanzas podemos tener los países en donde se efectúa el tránsito de la droga, que además pasamos de ser de tránsito a países consumidores, como ya está ocurriendo en Honduras. El narcotráfico, no lo olvidemos, no solo paga con dinero, sino con drogas, y fomentan el mercado, el consumo interno de las drogas. Ya digo, mientras Estados Unidos siga siendo el país que más consume drogas del mundo, nosotros estamos condenados, como países de tránsito, a un calvario indescriptible. O se frena el consumo en Estados Unidos de alguna forma o no hay nada que hacer en la lucha contra el narcotráfico.

R.A.:¿Qué haría para hacer frente a la corrupción ligada al narcotráfico?

R.C.:Mientras la cocaína no tenga un sustituto del cual puedan vivir en igual o mejor forma los cultivadores de coca en los países de origen de la misma, va a ser difícil encontrar un modelo económico que oferte salidas a estos campesinos que cultivan la droga y viven de ella. No ha habido ninguna respuesta a este tráfico que haya dado soluciones al problema. La droga ha encontrado nuevas rutas alternativas a las aéreas y ahora, por ejemplo en el caso de Honduras, la droga sale por la vía terrestre y marítima, a través del Pacífico y el Atlántico, hacia los Estados Unidos. Incluso se utilizan hasta submarinos sin piloto que acaban llegando a su destino. Pero no ha habido ningún país ni gobierno que sin la ayuda de los Estados Unidos pueda poner fin a este tráfico de drogas.

LA INSEGURIDAD, OTRO AZOTE HONDUREÑO
R.A.:¿No cree que la imagen de Honduras está muy dañada por esta alarmante cifra de delitos y homicidios que se perpetran en el país?

R.C.:San Pedro Sula, por ejemplo, en el 2012 fue la ciudad más violenta del mundo, pero desde ese año hasta ahora ha habido una política de seguridad pública en donde se está tratando de reducir la tasa de homicidios, que ya ha bajado algo tal como revelan las últimas estadísticas publicadas. Hemos pasado de 86,6 homicidios por cada 100.000 habitantes a 56, una bajada alta y considerable que revela una mejora sustancial. El problema sigue siendo que la corrupción en la policía es muy alta e incluso algunos agentes han participado en matanzas ocurridas en Honduras.

R.A.:¿Cuáles son las razones por las que se ha generado la inseguridad en Honduras?

R.C.: Yo creo que hay varios factores. El primero de ellos es que es un dinero fácil para la gente que no tiene trabajo ni otras alternativas de obtener recursos. La gente se ha vuelto muy consumista y quiere tener todo tipo de objetos que la sociedad de consumo le ofrece. Luego está la corrupción policial, que no afronta estas amenazas que están en la calle. Pero ya le digo que es una conjunción de factores que deberíamos analizar en detalle y que atienden a varios elementos.

R.A.:¿No cree que este auge de la inseguridad también revela el fracaso de las últimas administraciones de Honduras?

R.C.:Desgraciadamente, cada vez se mencionan a más familiares y gente cercana al núcleo de algunos presidentes como implicados en graves delitos, tales como el narcotráfico y el blanqueo del dinero procedente del mismo. Hay hijos de presidentes capturados infraganti, como el hijo del presidente Pepe Lobo, detenido en Haití por tráfico de drogas. Y otro presidente, Rafael Leonardo Callejas, está detenido y procesado en los Estados Unidos. También hay rumores de otros hijos de presidentes implicados en actividades ilícitas. La criminalidad ha llegado hasta las más esferas en Honduras.

Por todas las vías: terrestre, aérea y marítima. El destino final es los Estados Unidos, como la emigración que siempre va de sur a norte.

@ricardoangoso
rangoso@iniciativaradical.org

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