LAUREANO GÓMEZ, UN GRAN COLOMBIANO

Casi todas las obras de infraestructura que se construyeron a posteriori se deben al plan de obras civiles del Dr. Gómez. Se entiende su obsesión por la infraestructura teniendo en cuenta que el Dr. Gómez se graduó como Ingeniero Civil

Laureano Gómez, un gran colombiano

Rafael Gómez Martínez
Rafael Gómez Martínez

Por Rafael Gómez Martínez

Julio 17 de 2013

Con motivo de los 48 años del fallecimiento del Dr. Gómez el 13 de julio de 1965, he sido invitado a dictar una conferencia académica sobre la vida y obra del Dr. Laureano Gómez Castro y su impacto en la historia de Colombia, en la Corporación Sembrar Colombia.

Lo primero que sorprende al revisar el tema es que existan tantos textos a favor y tantos en contra sobre la vida pública del Dr. Gómez. Luego, el tema de investigación académica sí es relevante.

Como dicen en Boyacá, comencemos por el principio.

Henderson, en una maravillosa obra bibliográfica, afortunadamente reproducida por la Universidad de Antioquia, comenta que “ningún Presidente de Colombia se posesionó en su cargo con tanta adversidad”.

A su vez, el historiador Williford relata la pasión que tuvo el Dr. Gómez por los liberales masones utilizando el argumento de la falsa sonrisa masónica santista como herramienta de su discurso político. No en vano, uno de sus más importantes discursos se dio en contra de las logias masónicas y su personería jurídica aduciendo la amenaza que ellas representaban para el futuro de Colombia.

Alberto Bermúdez, describe con precisión los logros de su corto pero sustancioso gobierno. De su buen gobierno. El Dr. Gómez, dejó sentadas las bases de la Planeación como herramienta de la Administración Pública. Casi todas las obras de infraestructura que se construyeron a posteriori se deben al plan de obras civiles del Dr. Gómez. Se entiende su obsesión por la infraestructura teniendo en cuenta que el Dr. Gómez se graduó como Ingeniero Civil.

Laureano Gómez Castro
Laureano Gómez Castro

Las avenidas Jiménez de Quesada y Caracas de Bogotá fueron obras suyas cuando fue Ministro. Ojalá que al señor Petro no le dé por cambiar el nombre de la Avenida Jiménez, ni de la Avenida Laureano Gómez.

El olvidado ferrocarril del Atlántico y casi todas las estaciones de trenes. La de Chiquinquirá, por ejemplo, es un monumento a la belleza arquitectónica. La Autopista del Norte de Bogotá, hoy destruida, fue una obra esencial de, ese sí, su buen gobierno.

Desde el punto de vista económico es mi deber hacer mención especial a su  inigualable ministro de Hacienda, el Dr. Antonio Álvarez Restrepo. Con solo decir  que se logra reducir la inflación a finales de 1955 a 1.75%.

Durante su gobierno nacen Ecopetrol y el Banco Popular. Se deja firmada la autorización para la creación del Banco Cafetero. Así como la de la Caja Agraria.

La usurpación castrense, el resentimiento liberal y masónico, sobre todo, sumado a las envidias conservadoras, impidió que el Dr. Gómez terminara la obra de su buen gobierno.

Después de revisar la vida y obra del Dr. Gómez, lo que si tengo claro es que fue un gran colombiano.

Puntilla. Lo del avión de Evo fue que se quedó sin gasolina y no tenían plata para tanquear. Por eso se demoran tanto tiempo en Austria.

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