LOS MILITARES Y LA COMBINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE LUCHA

El mamertismo se está abocando a otra forma de lucha contra ella: su incriminación en los medios académicos y en la opinión pública en general. Es una insidiosa y sistemática culpabilización de los militares

Humberto de la Calle y General Mora

Los militares y la combinación de todas las formas de lucha de las Farc

El mamertismo se está abocando a otra forma de lucha contra ella: su incriminación en los medios académicos y en la opinión pública en general. Es una insidiosa y sistemática culpabilización de los militares

Alberto López Núñez
Alberto López Núñez

Por Alberto López Núñez

Junio 2 de 2015

Sabemos que la más perniciosa estrategia de los narcoterroristas de las Farc es su pilar estratégico fundamental: la combinación de todas las formas de lucha. En síntesis, ésta reside en que viéndose incapacitados de tomar el poder por la vía armada, decidieron diversificar el “portafolio” de opciones a tomar en su objetivo de aniquilar el sistema democrático. Siendo obviamente los militares el blanco preferencial de este portafolio, se han ensañado en destruir las fuerzas militares, no solamente con actos terroristas contra las Fuerzas Militares, ya que no son capaces de enfrentarlas de frente, sino que vía la infiltración en el poder judicial, han hecho una persecución jurídica de los militares,  estrategia con la cual están ganando ampliamente. Esto sobre todo ahora con el abierto apoyo del farcfiscal Montealegre, quién con su Unidad de Análisis y Contextos (Unac) está implementando la “ doctrina Roxin” la cual consiste en aplicar que “ en una estructura de poder con fines delictivos permite responsabilizar a quien solicita la comisión de delitos sin necesidad de probar que directamente convenció a quien los ejecuta”  , señalando que los altos mandos militares son eso precisamente.  Aplicación falaz  de la teoría, pero muy efectiva para enjuiciar a cualquier militar de alto rango que sea incómodo a las Farc; mientras, que por el contrario y muy curiosamente, quienes sí son una estructura de poder criminal, las Farc, no entran dentro de la aplicación de esa doctrina. Así el gobierno ofrece cientos de millones por información de quién ejecuta cualquier acto terrorista de las Farc, cuando debería ahorrarse esa platica y enjuiciar al Secretariado.

No conforme con esa estrategia de guerra jurídica contra las FFMM, el mamertismo se está abocando a otra forma de lucha contra ella: su incriminación en los medios académicos y en la opinión pública en general. Es una insidiosa y sistemática culpabilización de los militares en cuanto haya de malo en el país. Ejemplo claro es el artículo “Las Fuerzas Armadas en el posconflicto” del profesor Francisco Leal Buitrago, en razónpublica.com.

General Jorge Enrique Mora
General Jorge Enrique Mora

Parte Leal de la premisa infundada de que las Fuerzas Militares han sido históricamente politizadas en Colombia, contrario al Cono Sur en los 70, al México priista o a la Venezuela chavista, las Fuerzas Militares colombianas han sido ejemplo de institucionalidad y apoliticismo. Peor aún tiene el profesor Leal el descaro de señalar: “Con el final de la Guerra Fría (1990), el abandono de Estados Unidos de la lucha anticomunista abrió el camino para que los militares criminalizaran a las guerrillas”. O sea que según él las guerrillas no han cometido ningún delito, sino que los militares han criminalizado a unos pobres inocentes. ¡Por favor!

Obviamente Uribe es el blanco de intransigentes y engañosas proposiciones, así según Leal la dirección política de los militares por parte de él ( obligación suprema de todo Presidente como su Comandante en Jefe), “Lo hizo mediante la movilización de sentimientos y valores con el uso simbólico de la política, pero con principios negativos: mano dura y combate de la violencia con violencia”. Es decir que a los narcoterroristas no se les puede atacar con mano dura y ejerciendo el poder legítimo del Estado, porque eso es politización ¡Válgame Dios!

Remata Leal expresando que “Bajo el gobierno Santos,  los militares se han convertido en una fuerza política a la deriva, como un obstáculo para el “proceso de paz”. Cumplir con su deber de luchar contra el narcoterrorismo es un obstáculo para la paz, bueno mayor expresión de mamertismo profariano no había visto, ni siquiera en los comunicados del Secretariado o en los artículos de Anncol.

Concluye Leal en su manifiesto Pro narcoterroristas, disfrazado de análisis académico  “sería indispensable reducir paulatinamente las Fuerzas Militares “

Vemos pues claramente la intención de destruir las Fuerzas Militares con la combinación de todas las formas de lucha, lamentablemente los militares se concretan a la acción armada (fuertemente maniatadas por órdenes de Santos), estando descobijados en las guerras judicial y mediática. Los militares (activos y retirados) concretan una estrategia de defensa en todos los frentes, o inevitablemente  los narcoterroristas  obtendrán la victoria, con el apoyo del farcsantismo.

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