MI CARTA DE RENUNCIA AL PARTIDO CONSERVADOR: GÓMEZ MARTÍNEZ

El ambiente dentro del Partido Conservador en las actuales circunstancias es inhóspito para los conservadores de vieja militancia, como el suscrito, los cuales no encuentran eco en sus comentarios ante la dirigencia

Mi Carta de renuncia al Partido Conservador

El ambiente dentro del Partido Conservador en las actuales circunstancias es inhóspito para los conservadores de vieja militancia, como el suscrito, los cuales no encuentran eco en sus comentarios ante la dirigencia

Rafael Gómez Martínez

Bogotá, D.C., 10 de febrero de 2017
Doctor
Juan Carlos Wills
Secretario Partido Conservador Colombiano
Doctor
Hernán Andrade Serrano
Senador de la República
Presidente
Cordial saludo,

En 1928 comenzaron unas tertulias culturales organizadas en el Teatro Municipal por el Dr. Alfonso López Pumarejo. La primera de ellas fue inaugurada por el Dr. Laureano Gómez Castro cuya conferencia se denominó: Interrogantes sobre el desarrollo de Colombia, conferencia que produjo un verdadero terremoto político y social. Fue tal la ovación recibida de parte del auditorio que a la semana siguiente el Dr. López volvió a invitar al Dr. Laureano para que continuara la segunda parte. Sobre dichas conferencias no quedó registro alguno. Una lástima.

En el 2016, dos sucesos en la vida pública acontecieron y pusieron de manifiesto la crisis de doctrina conservadora. El primero de ellos, durante la Convención realizada en el mes de Noviembre en el auditorio de Coreferias donde se solicitó que de acuerdo a los estatutos se aprobaran los principios fundamentales de la doctrina conservadora. La propuesta recibió un rechazo unánime de parte de los supuestos convencionistas.

Con respecto a los estatutos del Partido Conservador se podría acuñar la frase de Mark Twain: Es por la gracia de Dios que en nuestro país tenemos estas tres cosas indiscutiblemente preciosas: libertad de expresión, libertad de conciencia y la prudencia para nunca practicar ninguna de ellas.

Álvaro Gómez Hurtado

Lo mismo acontece con los estatutos fundacionales el Partido Conservador. Es por la gracia de Dios que allí se encuentran consignados los principales apuntes con respecto a su doctrina. Qué más da, nadie quiere la doctrina. Lo que quieren es la mermelada.

En seguidilla a la Convención, como resultado del acallamiento de toda voz independiente, días después la dirigencia parlamentaria comprometió la respetabilidad y la relevancia histórica de este al asociarse al Gobierno nacional de JMS para desconocer los resultados que se presentaron en el plebiscito realizado el 2 de octubre. Mientras que en Inglaterra el parlamento británico respeta la decisión popular del Brexit, en Colombia el Partido Conservador colombiano decide desconocer la voluntad popular.

Al Partido se le olvidó que su vocación de servicio debe ser la de defender a la gente, al campesino, al empresario, a la familia tradicional, en contra de las dictaduras, de las tiranías. ¿Dónde hay un pronunciamiento de algún senador o representante conservador con respecto a la dictadura inhumana del señor Maduro y su régimen?

Bien cabría la afirmación de Álvaro Gómez Hurtado cuando comentó que se nos ha refundido la Patria, sabemos que está ahí pero no es visible, no se siente. Pareciera que ya no puede ser sujeto pasivo de nuestros quereres ni sujeto activo de nuestras acciones. Nadie la ha matado, nadie la ha derogado. Pero no se habla de ella, no se le invoca, no se le perturba…

En idéntica circunstancia se encuentra el Partido Conservador del siglo XXI: Nadie lo ha matado, ni derogado, pero no se habla, ni se le invoca, ni se le perturba. Sabemos que está ahí pero no se siente. Pareciera que se convirtió en un sujeto pasivo de nuestra débil democracia ante las amenazan que circundan.

El ambiente dentro del Partido Conservador en las actuales circunstancias es inhóspito para los conservadores de vieja militancia, como el suscrito, los cuales no encuentran eco en sus comentarios ante la dirigencia.

Por las razones expuestas, en mi calidad de afiliado la próxima semana presentaré mi renuncia al Partido Conservador que me vio nacer; al que veo morir, indignamente. Ante la decadencia que se nos aproxima alguien con valor cívico, con los principios conservadores clásicos, debería aparecer en la palestra.

Cordialmente,
RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ

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