NAVIDAD: HISTORIA DE LA CELEBRACIÓN MÁS POPULAR DEL MUNDO

Así como no existe fundamento bíblico para celebrar el nacimiento de Cristo, tampoco lo existe para condenar su conmemoración. Parece que Dios hubiese dejado al libre albedrío de cada uno conmemorar o no el natalicio del Señor Jesús, como si no fuese algo relevante para Él

Navidad: Historia de la celebración más popular del mundo

Así como no existe fundamento bíblico para celebrar el nacimiento de Cristo, tampoco lo existe para condenar su conmemoración. Parece que Dios hubiese dejado al libre albedrío de cada uno conmemorar o no el natalicio del Señor Jesús, como si no fuese algo relevante para Él

Enrique Saavedra Valdiri
Enrique Saavedra Valdiri

Por Enrique Saavedra Valdiri

Noviembre 23 de 2015

El nacimiento de Jesús: acontecimiento profético. Ocho siglos antes de Cristo, en el reino de Judá, el profeta Isaías anunció el nacimiento del mesías, así: “porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte,Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6 NVI).

Por su parte, los evangelios de Mateo y de Lucas narran la historia del nacimiento del Mesías. Para esta época, Judea era una provincia romana gobernada por Herodes. Los judíos esperaban a un libertador que les diera la independencia política de los romanos, una especie de caudillo militar. Por esta razón la mayoría de judíos, al no entender el mensaje de la redención, no creyeron en que Jesús fuera el mesías anunciado.

Los evangelistas omitieron establecer la fecha exacta de este acontecimiento. Tradicionalmente, la iglesia católica, la anglicana, la protestante, y la ortodoxa rumana celebran el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. Las demás iglesias ortodoxas lo hacen el 7 de enero, pues en estos países se sigue utilizando el antiguo calendario juliano, el cual fue modificado por el papa Gregorio XIII.

¿Realmente cuándo nació Jesús?  Es muy poco probable que Jesús hubiera nacido en diciembre o en enero. Hay tres razones de peso que lo sustentan. Una es astronómica, otra religiosa y otra, metereológica.

Respecto a la primera, estudios astrónómicos de la NASA permiten concluir que el 17 de abril el año 6 a.C. tuvo lugar una conjunción de los planetas Saturno y Júpiter que pudo haber hecho visible a los reyes magos la estrella que siguieron hacia Belén. Es probable que haya sido esta la fecha aproximada de nacimiento de Jesús de Nazareth.

La segunda razón tiene que ver con el calendario religioso judío. En Lucas 1:8-13 se afirma que al momento de la concepción de Juan el Bautista, su padre Zacarías, sacerdote de Abías, oficiaba en el Templo de Jerusalén. Según Lucas 1:24-27, la virgen María concibió cinco o seis meses después del nacimiento de Juan. Esto significa que, si el embarazo de Elisabeth, esposa de Zacarías, y el de María fueron normales, Jesús debió nacer quince meses después que Juan el Bautista. Entonces, ¿cúando nació Juan el Bautista?

El hecho de que Zacarías oficiara en el templo cuando Juan el Bautista fue concebido es un dato relevante. En 1 Crónicas 24, versículos 10 a 25, se indica que había 24 grupos de sacerdotes que oficiaban por turnos en el Templo a lo largo del año. Cada grupo oficaba dos veces al año durante una semana. A Abías, el grupo sacerdotal de Zacarías,  le correspondían el primer turno del 8 y 14 de junio; y el segundo, del 24 al 30 de septiembre, según los rollos encontrados en Qumrán. Si Juan el Bautista fue concebido durante el primero de ellos, el nacimiento de Jesús habría ocurrido entre septiembre y octubre del año siguiente (23 o 24 meses después de la concepción de Juan el Bautista). En cambio si Juan hubiese sido concebido durante el segundo turno de sacerdocio del grupo de Abías, Jesús habría podido nacer entre diciembre y enero.

Nacimiento de Jesús
Nacimiento de Jesús

Sin embargo, dos relatos bíblicos respaldan la primera tesis (nacimiento del mesías en septiembre-octubre), pues cuando llegaron los reyes magos a Belén, los pastores tenían sus ovejas al aire libre. Ello hubiera sido improbable que ocurriera en diciembre o enero, temporada de intenso invierno, pues en la noche los pastores no hubieran tenido su ganado al aire libre sino guardado en establos. Tampoco en invierno hubiera sido realizado el censo en Judea, que tuvo lugar al tiempo en que nació Jesús.

Entonces, ¿por qué la fijaron el 25 de diciembre? No hay documentos sobre si los apóstoles, o los primeros cristianos, hayan o no festejado el nacimiento del mesías. En cambio, ellos si le daban importancia a su muerte y a su sacrificio. El día del nacimiento tampoco fue algo que interesara a los apologistas cristianos de los siglos II y III  perseguidos por el imperio romano. No fue sino hasta el siglo IV cuando comenzó a celebrarse el nacimiento, y para el 325, en el Concilio de Nicea, ya se había institucionalizado por la iglesia de Alejandría (Egipto) el 25 de diciembre como el ‘Díes nativitatis et epifaníae’. Esta festividad tuvo enorme influencia sobre las iglesias de Constantinopla, Antioquía y Jerusalén, que adoptaron la celebración.

¿Por qué la fijaron el 25 de diciembre? Algunos historiadores creyeron erróneamente que el 25 de diciembre fue producto de un decreto del emperador Constantino, después de su ‘conversión’ al cristianismo en la batalla del Puente Milvo, en el año 312. La verdad es que su fijación como fecha oficial fue hecha por los papas romanos Julio I y Liberio, a partir del año 354. Del catolicismo pasó a las demás confesiones cristianas luego de los sismas que dieron origen al protestantismo, al anglicanismo y al cristianismo ortodoxo (este último lo celebra el 7 de enero, excepto en Rumania).

Lo que muchos cristianos ignoran es que la fecha de la navidad no está relacionada con el nacimiento de Jesús. Más bien se trata de una mezcla de culturas entre el cristianismo y las religiones paganas, utilizado como estrategia por el papado y los emperadores para convertir masas de inconversos y cohesionar políticamente el imperio. Incluso, la supuesta ‘conversión’ de Constantino al parecer fue otra estrategia política para poner a su favor a la creciente masa de cristianos, a los cuales no podía disuadir con la pena muerte.

Constantino el Grande
Constantino el Grande

No es ninguna casualidad que el 25 de diciembre haya sido fijado por el imperio y el papado como el nacimiento de Jesús, aun sin ninguna evidencia de que naciera en tal fecha. La razón para su institucionalización radica en que coincidía con las fiestas paganas más importantes de los romanos, el nacimiento anual del dios- Sol o del sol invencible, que se componía por la Saturnalia (entre el 17 y 24 de diciembre), y la Brumalia (el 25 de diciembre), también conocidas como ‘natalis invicti Solis’, que representaba el comienzo del solsticio de invierno, y tenía el día más corto del año (21 diciembre). Este culto al sol, absorbido por los romanos, venía de Babilonia y representaba el final del ciclo solar, y el nacimiento de un nuevo sol al que adoraban para asegurarse sus favores en el siguiente período agrícola, tan pronto llegara.

A los emperadores y al clero les resultó fácil introducir el nacimiento del Mesías en el imaginario religioso de los paganos pues lo único que tuvieron que hacer fue ‘homologar’ los nombres de sus divinidades antropomorfas y encontrarles una ‘equivalencia’ con las categorías de ‘Dios padre’, ‘Cristo’, ‘María’, ‘José’, ‘santos’, etc.

Por ejemplo, los babilonios adoraban a Nimrod, hijo de Cam, quien fundó un sistema pagano en rebeldía contra El Señor. Se casó con su propia madre, Semíramis, y adquirió carácter sagrado a su muerte, cuando su madre-esposa anunció que de un tallo muerto surgió un árbol que simbolizaba el nacimiento de Nimrod. Desde entonces los babilonios honraron el árbol dejando regalos allí. Como este, hay muchos casos en los que el clero realizó el proceso de sincretismo haciendo una mescolanza entre mitos creacionistas paganos del ‘nacimiento del dios- niño’ y de la ‘madre-virgen’. En todas estas religiones, se rendía culto a las divinidades en el solsticio de invierno para inaugurar el ciclo agrícola (Egipto, oriente y nórdicos).

¿Debemos celebrar el nacimiento del mesías? Llama la atención que los apóstoles acompañaran por tres años a Jesús, recibiendo sus enseñanzas y, aún así, no hubieran dejado registro histórico de su fecha de nacimiento, ni tengamos noticia de que la hubieran festejado. Después de su muerte, viajaron por el mundo conocido llevando su doctrina, y nunca enseñaron, ni en prédicas ni en cartas, que se debiera festejar la llegada del mesías. ¿Pensarían que esto opacaba la doctrina redentora y salvadora de Cristo, centrándola en la adoración del hombre natural? No lo sabemos.

No parece de poca monta que el Señor dejara este dato como un misterio para la humanidad. Pero no solo fueron Cristo y los apostoles; tampoco se interesaron en el particular los cristianos de los primeros tres siglos.

Así como no existe fundamento bíblico para celebrar el nacimiento de Cristo, tampoco lo existe para condenar su conmemoración. Parece que Dios hubiese dejado al libre albedrío de cada uno conmemorar o no el natalicio del Señor Jesús, como si no fuese algo relevante para Él.

Quienes deseen conmemorar la llegada del Salvador están en libertad de hacerlo, pero El Señor dice, “porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos”(Oseas 6:6). Quizá tanta opulencia en el festejo desprovista de sinceridad de corazón le haga decir, “este pueblo de su boca se acerca a mí, y de labios me honra, pero su corazón lejos de mí está. Más en vano me adoran, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres” (Mateo 15:8-9). Para celebrar la venida, pero más que esto, lo obra redentora de Jesucristo, lo único que necesitamos es acercarnos a Él con un corazón limpio y honrar el sacrificio de su sangre para redimirnos de pecado y de culpa; y enseñarnos el camino de la salvación eterna.

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