NUEVO GOLPE DE LAS FARC AL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA

Habrá zonas desminadas si queda claro que allí no habrá presencia del Estado, si en esas zonas queda vedada la presencia de las tropas colombianas

Romaña, cabecilla de las FARC

Nuevo golpe de las Farc al proceso de paz en Colombia

Habrá zonas desminadas si queda claro que allí no habrá presencia del Estado, si en esas zonas queda vedada la presencia de las tropas colombianas

Eduardo Mackenzie
Eduardo Mackenzie

Por Eduardo Mackenzie

31 de mayo de 2015

Edilson Romaña, vocero de las Farc en Cuba, anuló de hecho el acuerdo de marzo de 2015 entre ellos y con el gobierno colombiano sobre el “desminado humanitario”. Lo anuló mediante una declaración hecha en La Habana el 30 de mayo de 2015. El jefe terrorista dijo ante el corresponsal de Noticias Caracol: “Si la extracción de todo ese material (minas antipersona y restos explosivos de guerra) tiene como propósito la tranquila llegada de las tropas, del paramilitarismo y de las bandas criminales, nada se habrá conseguido con el acuerdo [de marzo pasado]. Si es así, no más. Es mejor dejar todo quieto”.

Esa declaración quiere decir que las Farc no quieren retirar sus minas asesinas y que seguirán fabricándolas y minando el país para matar más y más colombianos inocentes. Todo indica que esa es la línea que se impuso finalmente en la cúspide de la organización narco terrorista, luego del viaje de seis de sus cuadros a Antioquia y Caquetá, bajo protección del gobierno colombiano, del 15 al 19 de mayo de 2015. Propuesto para “coordinar los preparativos del proyecto piloto para la descontaminación de territorios de explosivos”, ese viaje le permitió a Pastor Alape, Carlos Antonio Lozada, Edilson Romaña, Isaías Trujillo, Samy Flores y Milena Reyes, entrar y salir de Colombia.

Edilson Romaña
Edilson Romaña

Esa declaración de Edilson Romana tiene otra consecuencia: los jefes de las Farc están diciendo que permitirán a sus guerrilleros dar información útil sobre los lugares donde están plantadas las minas, –lo que para ellos será la única forma de “participar” en el “desminado “humanitario”–, a condición de que el gobierno de Santos asuma que cada zona desminada se convertirá, de hecho, sin grandes proclamaciones, en “zona liberada” en poder de las Farc. Ese puede ser el sentido último de la frase de Edilson Romana mediante la cual compara, indebidamente, el desminado pactado con Santos con “la tranquila llegada de las tropas, del paramilitarismo y de las bandas criminales” a las zonas contaminadas por las minas.

El mensaje es transparente: habrá zonas desminadas si queda claro que allí no habrá presencia del Estado, si en esas zonas queda vedada la presencia de las tropas colombianas. Si el gobierno acepta esa interpretación de lo pactado en marzo de 2015, Colombia  desembocará necesariamente en una situación inédita: los 700 municipios minados del país quedarán a disposición de las Farc y de sus aliados. Romaña remata su declaración diciendo que si eso no es así “es mejor dejar todo quieto”.

El giro que acaba de dar Edilson Romaña sobre el acuerdo de marzo de 2015, pactado en Cuba por los negociadores del gobierno Santos y de la banda criminal, ha quedado pues sin vigencia. Las Farc le propinan así, unilateralmente y sin motivo alguno, otro golpe devastador al llamado “proceso de paz” en Colombia.

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