“SI LA MONTAÑA HABLARA”

Reseña: Wolfram

De recomendable lectura
De recomendable lectura

Estas revelaciones de la periodista Olga Cecilia Vega, señalada de ser la amante de Raúl Reyes –señalamiento que ella desmiente-, nos vienen a confirmar muchas cosas, y a descubrirnos otras.

Nos confirma que las FARC tienen nexos con políticos, senadores y gobernadores, especialmente del sur del país. Nos confirma que Andrés Pastrana fue elegido gracias al apoyo de las FARC a cambio de entregarles la zona de despeje y otras prebendas que, debido a presiones de Estados Unidos, Pastrana canceló cuando terminó la zona de despeje. Los hechos de inseguridad y orden público de la tenebrosa época de Pastrana confirman esto.

Nos confirma que las FARC tienen un poder político enorme y que, gracias a los políticos elegidos, es acrecentado mediante contratos, despejes departamentales, suministro de información clasificada, etc.

Nos confirma que los políticos secuestrados luego salen a hacer proselitismo a favor de las FARC, como hicieron Alan Jara y Consuelo González de Perdomo, amén del resto de esa clase.

Nos confirma, mediante el testimonio de guerrilleros y miembro de su cúpula, el embarazo de Ingrid Betancourt y sus amoríos con el hoy jefe supremos de las FARC, alias Cano. Nos cuenta que a Ingrid la llamaban “la Princesa de la Selva”, debido al trato preferencial que le daba la guerrilla, no por ser quien era, sino por ser amante de alias “Cano”, con quien sostenía esporádicos y clandestinos encuentros amorosos en el lugar de su cautiverio, en el sur del Tolima.

Nos confirma la cercanía de Álvaro Leyva, precandidato conservador, con toda la cúpula de las FARC, quienes lo apoyan en el pasado y lo apoyarían en un futuro si sus aspiraciones presidenciales prosperan. Las FARC ven a Leyva como un aliado.

Nos confirma la desbordada ambición de Piedad Córdoba en su búsqueda de gloria personal y consolidación política.

Pero lo que se nos revela en este libro es algo sorprendente. Piedad Córdoba hizo acuerdos con el gobierno norteamericano para ayudar a encontrar a los secuestrados norteamericanos. Se nos insinúa que fue gracias a su gestión, que el campamento de Raúl Reyes pudo ser encontrado y bombardeado. Se nos revela que gracias a ese acuerdo, ha gozado de cierta impunidad y explica sus declaraciones que son claros delitos en nuestro Código Penal; gracias a ese apoyo. La sagacidad política de Piedad Córdoba decía ante los medios que era transparente en actuar, pero lo cierto es que todo lo tenía fríamente calculado y su traición a Hugo Chávez y las FARC, en pos de sus demenciales sueños de poder, tuvo apoyo del gobierno norteamericano que la utilizó para la liberación de sus nacionales, pero en realidad nunca la tragó.

Nos muestra unas operaciones Fénix y Jaque dirigidas en conjunto con las autoridades gringas, y nos sugiere que la operación Jaque fue posible gracias a la traición de “Doris Adriana” y su amante “César”.

Se nos muestra que Raúl Reyes pudo haber negociado la liberación de Simón Trinidad, pero que no lo hizo porque Simón se constituía en un rival que lo opacaba en su liderazgo ante la guerrilla.

Nos expone a un Raúl Reyes que lloraba por su familia, pero que no sentía el menor pudor de ordenar masacres de pueblos enteros.

Pero, sin duda, lo que Olga Cecilia Vega Cubillos saca a la luz, es la enorme corrupción política de Colombia, donde los hombres que aspiran a cargo de elección popular no dudan en traicionar, ordenar asesinar, traficar con droga y cualquier otra cosa, por conseguir ser elegidos para el Congreso, las gobernaciones o las alcaldías locales.

Pero Olga no solamente denuncia esto; también nos muestra lo que ocurre entre periodistas y organizaciones de periodistas que supuestamente deberían defender a los comunicadores. La mafia de la información, el afán de la chiva y la exclusiva hace que periodistas difamen y olviden su juramento, que denuncien falsamente ante las autoridades a los colegas que puedan tener más éxito que ellos.

Después de la lectura de “Raúl Reyes: Si la Montaña hablara”, le queda a uno la sensación de que este país está tan podrido, que quizá la mejor opción sea callar porque, de lo contrario, se expone uno al ostracismo y la presión desde diferentes ángulos. Una presión que se ejercerá hasta conseguir que quien desee contar las verdades, muera asesinado…. o de hambre.

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