CARTA ABIERTA A LOS DIRECTIVOS DEL PARTIDO VOX EN ESPAÑA

Mi calvario comenzó cuando los intereses petroleros despertaron el apetito de una mezcla tóxica de actores, que incluyen a un político del partido de centro derecha “Centro Democrático”, paramilitares y el temido cartel del norte del Valle

María Fernanda Cabal, dirigente del Centro Democrático, y Santiago Abascal, presidente de VOX

Periodismo Sin Fronteras

Un angustioso llamado de ayuda lanza Juan Carlos Posada a los dirigentes de VOX España. Cansado de la persecución en su contra y de la defensa que los órganos de justicia hacen de quienes lo secuestraron, torturaron y robaron, además de acosar y perseguir a su familia, Posada dirige su mirada hacia VOX advirtiendo que su dirigencia apoya, tal vez sin saberlo, a un partido -el Centro Democrático- cuyas directivas protegen también a los criminales. (Nota del Director)

Señores:

SANTIAGO ABASCAL

JORGE JAVIER ORTEGA SMITH REYES ROMERO

IVÁN ESPINOSA DE LOS MONTEROS

HERMANN TERTSCH

ENFRENTANDO LA ADVERSIDAD EN COLOMBIA

Una lucha por la justicia y la tierra en el Magdalena medio colombiano

Me presento. Mi nombre es Juan Carlos Posada. Fui secuestrado y torturado durante 37 días. Y luego fui despojado de mis tierras.

Acudo a ustedes debido a que en mi país no tengo garantías, y solo he recibido amenazas, persecuciones, atentados contra mi vida y la de mi familia. Pero no provienen de Gustavo Petro y su gente, como pudiera suponerse, sino de las entrañas de un partido al que ustedes apoyan y defienden: El Centro Democrático.

Juan Carlos Posada, en el exilio

En un mundo donde la violencia y la corrupción todavía acechan a muchas comunidades, mi historia es sobre cómo sobreviví a un secuestro y tortura durante 37 días en el Magdalena Medio.

Esto emerge como un testimonio en carne propia de la lucha por la justicia y la defensa de la tierra. Este relato revela la intrincada red de intereses políticos, paramilitares y actores delictivos que se han entrelazado para despojar a comunidades enteras de sus territorios en busca de riquezas naturales. La falta de confianza en las instituciones encargadas de proteger los derechos y la vida de los ciudadanos hace que la lucha por la verdad y la justicia sea aún más difícil y peligrosa.

No olviden mi nombre, por favor. Soy Juan Carlos Posada; fui secuestrado y torturado durante 37 días en el Magdalena Medio.

Mi calvario comenzó cuando los intereses petroleros despertaron el apetito de una mezcla tóxica de actores, que incluyen a un político del partido de centro derecha “Centro Democrático”, paramilitares y el temido cartel del norte del Valle. Estos grupos se unieron para apropiarse de tierras ricas en recursos naturales, sin importarles el costo humano y la devastación que esto implicaba para las comunidades locales.

Mi lucha no solo radica en la resistencia durante el secuestro, sino también en mi decisión de presentar denuncias ante la Fiscalía General de la Nación para buscar justicia. Sin embargo, las esperanzas de una investigación imparcial y un juicio justo se vieron rápidamente frustradas cuando se descubrió que la fiscalía había sido infiltrada por la corrupción. Mi caso fue entregado en etapa de indagación a los mismos perpetradores que yo estaba denunciando, poniendo la vida de los testigos y la mía propia en altísimo riesgo.

A pesar de los desafíos y el temor constante por mi seguridad, he encontrado un poco de apoyo en una red de personas comprometidas con la justicia. Ahora solo quiero seguir con mi campaña para para visibilizar mi caso y exigir que se proteja mi vida, la de mi familia y se realice una investigación independiente.

Esta historia no solo es un llamado a la acción para proteger los derechos humanos, sino también un recordatorio de que la voz de los más vulnerables no puede ser silenciada por la corrupción y el poder.

Mi historia como hombre secuestrado y torturado durante 37 días en el Magdalena Medio pone de manifiesto la complejidad de los problemas que enfrentan las comunidades locales en su lucha por la tierra y la justicia. La impunidad y la corrupción continúan obstaculizando los esfuerzos para buscar la verdad y la protección de los derechos humanos.

Carlos Alberto Rentería, alias "Beto" Rentería, el día que fue capturado en Venezuela y extraditado a Estados Unidos. Uno de los autores del secuestro y tortura de Juan Carlos Posada

Sin embargo, quisiera que mi historia fuera un recordatorio de la resiliencia y la esperanza que perduran en medio de la adversidad. Mi historia solo una de las muchas tragedias que ocurren a diario en nuestro país. Revela la profundidad de la corrupción y el poder oscuro que opera en las sombras, amenazando a quienes se atreven a alzar la voz

Lo que me ocurrió fue más que un simple secuestro. Fue una operación meticulosamente planeada por aquellos que codiciaban mi tierra y estaban dispuestos a recurrir a cualquier medio, incluso el más vil y despreciable, para obtenerla. Detrás de este siniestro plan se encontraba una alianza clandestina entre un influyente político del Centro Democrático, un grupo de paramilitares y el infame Carlos Alberto Rentería perteneciente al cartel del norte del Valle, que con su poder económico al parecer pudo permear a la fiscalía colombiana.

Es fundamental que se brinde apoyo y protección a aquellos que se atreven a denunciar. Yo seguiré luchando por mi vida y por la justicia que me ha sido negada, mientras tanto los señores Luis Alfonso Castaño Rodríguez político de Risaralda en asocio con el delincuente Luis Mauricio Gómez Hoyos seguirán disfrutando de la impunidad y de saber que en Colombia ser bandido paga.

Todo esto mientras los líderes de “derecha” colombianos, reunidos en el Centro Democrático, guardan silencio cómplice frente a los crímenes que uno de sus principales alfiles comete en mi contra.

Ni Álvaro Uribe, ni María Fernanda Cabal, ni Félix Lafaurie han tomado cartas en el asunto, como no sea para encubrir al secuestrador homicida que participó en mi tortura y secuestro.

Sí, señores de VOX, mi nombre es Juan Carlos Posada, y he sido secuestrado y torturado durante 37 días, y luego despojado de mis tierras, por miembros de un partido al que ustedes respetan y avalan: El Centro Democrático.

Y acudo a ustedes porque no tengo a quién más acudir.

Acá encontrarán toda mi historia que ya he contado públicamente:

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