COMO PROTESTANTE, PROTESTO POR “LA BELLA Y LA BESTIA”

Nosotros protestamos acerca de estos hechos (películas infantiles con promoción gay), y no contra las personas gay pero ¡cuidado! esta película es otra forma en la que aumenta la dictadura de la ideología de género

Como protestante, protesto por “La Bella y la Bestia”

Nosotros protestamos acerca de estos hechos (películas infantiles con promoción gay), y no contra las personas gay pero ¡cuidado! esta película es otra forma en la que aumenta la dictadura de la ideología de género

Marco Fidel Ramírez

Por Marco Fidel Ramírez Antonio*
Marzo 24 de 2017

Soy cristiano protestante y los protestantes hemos aportado a la grandeza de la libertad y a la democracia del mundo occidental. Pero al igual que en la época en que John Huss, 100 años antes de Lutero, nosotros, los protestantes, (los que antes de la Revolución Industrial enseñamos al mundo el derecho a la protesta), por opinar diferente, somos censurados. En este caso, por invitar a los padres de familia a no apoyar la ideología de género con su asistencia a las salas de cine para ver la película “la Bella y la Bestia”, vivimos la misma situación de descalificación por una parte de la sociedad, que aunque minoritaria, sabe hacer ruido.

Los mismos productores de Disney, no nosotros, declararon públicamente que la película contiene una promoción a las relaciones gay, y esto no es más que el fomento internacional a la ideología de género desde la plataforma de una potente multinacional del entretenimiento. He recibido todo tipo de insultos, vulgaridades, improperios e intimidaciones por dar una opinión, que en ningún momento, como jamás ha sido, se ha dirigido a personas en particular y mucho menos con “groserías”. Lo que sí he declarado públicamente: “Respeto por la Diversidad Sexual Sí, Dictadura de la Diversidad Sexual No”.

Los actores Josh Gad y Luke Evans, que interpretan a la pareja gay Le Fou y Gaston, en un fotograma de la película

Pocas dictaduras en la historia de la humanidad iniciaron con la imposición absoluta. En vez de ello, las dictaduras incubaron sus propósitos vendiéndoles todo tipo de esperanzas para las cuales requirieron de discursos de reivindicación de derechos que nadie podía negar, sino que de corazón aceptaban como razonable y deseable; requirieron de eventos que tocaran lo profundo del alma llenos de símbolos y con la colaboración de artistas, músicos, cantantes, poetas, pintores y creativos; y también requirieron de líderes carismáticos, envolventes, que inspiraban con seductoras frases semejantes a: “un mundo feliz donde todos quepamos”, “un mundo donde nuestros hijos y nietos jueguen libres sin diferencias”, “un mundo incluyente y tolerante”.

Pero tales frases, no eran otra cosa que la evidencia de lo contrario: La estandarización del pensamiento. La Película “La Bella y la Bestia”, es una de esas semillas de la dictadura, que hoy puede que cause polémica, pero eso no les preocupa a los activistas de la ideología de género, el objetivo son los niños y las niñas, y en unos años no habría ni siquiera comentarios, por lo contrario, toda película (por aquello de la “inclusión”) deberá contar obligatoriamente con promoción homosexual. Por su puesto la idea de Disney por ahora no es ser explícito, ni directo, sino “ambientar”.

No decimos que con ver la película la gente se vuelva gay, pero se logrará implantar en el cerebro de los individuos y en el imaginario colectivo, las premisas básicas: “es inofensivo”, “no tiene nada de malo”. A la vuelta de algunos años, la “Bella y la Bestia” ni se recordaría, pero si la agenda activista continúa, las próximas películas irán escalando hasta que tengamos filmes infantiles con dos príncipes o dos princesas en relaciones de afecto gay, y faltarán otros años adicionales (no muchos) para mostrar que no hay género sino que esta “construcción humana” es indeterminada y tampoco es ilimitada en el número de personas (más de dos – “poliamor).

Pensar como pensamos, invitar a las familias a abstenerse de ver esta película, es considerado por algunos como rechazo a la comunidad LGBTI. Lutero jamás dejó de ser católico, sólo quiso protestar sobre aquello que creyó era un desborde del sistema religioso. Nosotros protestamos acerca de estos hechos (películas infantiles con promoción gay), y no contra las personas gay pero ¡cuidado! esta película es otra forma en la que aumenta la dictadura de la ideología de género, muy distinto a que cada quien ejerza libremente y con plenas garantías las decisiones acerca de su estilo de vida sexual.

Finalmente, me ratifico en mi invitación a las familias: No avalemos con nuestra asistencia a la película “La Bella y la Bestia”, la promoción, sutil y creciente de la ideología de género que se introduce con el arte cinematográfico orientado a la población infantil para ambientar los subsiguientes años. Y como protestante protesto ante la censura que nos quieren imponer algunos sectores, lo cual es una prueba más de la evidente cristianofobia que hoy con odio se levanta.

*Marco Fidel Ramírez es Concejal de Bogotá

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