¿CUÁL FE? ¿CUÁL CAUSA?

“No hemos descansado en negarle el país al comunismo, hemos luchado 50 años para impedirlo”

¿Cuál fe? ¿Cuál causa?

“FE EN LA CAUSA” es el lema de las fuerzas Militares. El siguiente texto es una sentida reflexión del General en retiro Orlando Quiroga F. que le envía al General Carlos Leongómez Mateus. La publicamos con la autorización del autor.

“No hemos descansado en negarle el país al comunismo, hemos luchado 50 años para impedirlo”

General Orlando Quiroga
General Orlando Quiroga

Por Orlando Quiroga Ferreira – Mayor General (RA)

Agosto 15 de 2014

Pero me pregunto, así como los miles de militares activos y de la reserva activa: ¿CUÁL CAUSA? Si lo que nos movía, lo que nos motivaba ha sido pisoteado, la causa de tener un país en democracia, un país en que se respetara la ley y la Constitución, una patria grande, respetada y libre de narcoterroristas, donde ser soldado suyo fuera la mayor de sus glorias, y que llegado el caso, morir por defenderla fuera un gloria; pero no, a los terroristas se les ha legitimado sus crímenes por encima de la causa del país y Colombia es un país donde asesinar soldados y policías, tiene licencia del presidente de los colombianos, pues según él, la guerra es contra sus Fuerzas Armadas. Significa, nada más ni nada menos, que decirles a los terroristas que tienen que afinar la puntería, para que asesinen soldados y no civiles.

Si esto fuera una guerra, como dice el presidente Santos, es la que le declararon los narcoterroristas al Estado, Estado que en la mayoría de las veces han dejado solas a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, para combatirlos y por tanto, la población civil, la que ha sufrido al lado de su Ejercito sus consecuencias, está en el Estado, porque esa guerra es contra ellos también y son ellos, el pueblo colombiano, quien son los que mayormente padecen y padecerán las consecuencias de la misma y una de ellas, la más importante, la imposición de un régimen totalitario, la perdida de las libertades y la democracia como tal. Pero no es una guerra, sino la confrontación para imponer la ley y la Constitución, un deber del Estado, al que no es posible renunciar.

Entonces no es como Santos dice que la guerra es entre combatientes, es contra el Estado y el Estado es patria, instituciones, territorio y población.

De tal manera que, como lo dice usted el General Carlos Leongomez Mateus, de que FE estamos hablando, y yo le agregaría, de que CAUSA, si tanto FE como CAUSA han sido pisoteadas y reducidas a un mero slogan, hueco y sin sentido en aras de una farsa que es el proceso de paz.

Los militares privados de la libertad, la mayoría de las veces de manera injusta, están en el abandono (Foto Adriana Ochoa)
Los militares privados de la libertad, la mayoría de las veces de manera injusta, están en el abandono (Foto Adriana Ochoa)

Las causas se van formando con el tiempo y las nuestras han sido justas, porque se fundamentan en la ley, en la legitimidad, en el bien supremo que es la seguridad y la protección de los colombianos, en la defensa de la vida y honra de nuestros compatriotas.

Lo que si causa frustración es ver que la muerte de nuestros hombres, la perdida de la libertad y las condenas injustas, en la mayoría de los casos, y en aquellos que no, atropellados sus derechos, no merecen la atención de los Mandos y del Ministerio de Defensa y menos del Presidente, pues automáticamente pasan a ser parias y desechos de las Fuerzas, sin tener en cuenta que están allí porque pensaron que estaban defendiendo su país de quienes querían tomarse el poder por la vía de las armas e imponernos un sistema totalitario, y nos habían enseñado, que con tal de impedirlo, todas las causas son nobles.

No hemos descansado en negarle el país al comunismo, hemos luchado 50 años para impedirlo. Un soldado no es un blanco lícito del terrorismo. El soldado así como merece la gloria de la sociedad que defiende y a la que se debe, también merece su defensa y merece el perdón.

Creo que todas las FFMM están heridas en el corazón, el orgullo, la moral, lo que no entienden muchos. La solución no está solo en el salario y en los beneficios laborales, está en el alma y en el corazón que han sido maltratados, en su honor que ha sido mancillado.

De manera que en medio de este caos, hay que recuperar la verdadera causa, la verdadera fe.

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