EL CÁNCER Y LAS FARC

A pesar de que el glifosato no es un agente cancerígeno ubicado en el grupo 1, el gobierno prohibió su uso de inmediato. Esto se entiende porque fue solicitud de las FARC suspender su uso. Gobierno complaciente

El cáncer y las farc

A pesar de que el glifosato no es un agente cancerígeno ubicado en el grupo 1, el gobierno prohibió su uso de inmediato. Esto se entiende porque fue solicitud de las FARC suspender su uso. Gobierno complaciente

Rafael Nieto Loaiza
Rafael Nieto Loaiza

Por Rafael Nieto Loaiza

Noviembre 1 de 2015

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), anunció esta semana que había incluido las carnes procesadas y la carne roja en su listado de productos y actividades que producen cáncer o que “probablemente” lo producen. La IARC incluye las carnes procedas en el grupo 1, agentes carcinogénicos, los más peligrosos para la salud, aquellos sobre los que hay pruebas inequívocas de que producen cáncer en humanos, en este caso colorrectal. En el grupo 1 hay 118 sustancia, entre ellas el tabaco y el plutonio, por ejemplo. La carne roja quedó en el grupo 2A, “probablemente carcinogénica para humanos”, aquella en que según la IARC hay estudios aún no concluyentes de que podría producir cáncer en humanos. En esa lista hay 75 agentes.

La IARC define carne roja como “toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra” y carne procesada como la “carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre”. La tocineta, los jamones, el chorizo, la morcilla y el chunchullo caen todas en la categoría de carnes procesadas. ¿El chicharrón?

La IARC señala, sin embargo, que el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por consumo de carnes procesadas sigue siendo pequeño. Solo advierte que el consumo repetido y frecuente incrementa el riesgo relativo. Va en la línea del World Cancer Research Found y del American Institute for Cancer Research, dos instituciones de enorme prestigio que desde 2007 han destacado ese riesgo.

FARC rechazan el uso del glifosato
FARC rechazan el uso del glifosato

Frente a la noticia, el Ministerio de Salud ha sido cauto, ha llamado a no alarmarse, dijo que no se prohibirá la producción o el consumo de carnes procesadas o rojas, y ha pedido esperar la publicación del informe completo porque hasta ahora solo conocemos el comunicado de la IARC. Tiene razón. Es la actitud prudente. El resto del gobierno ha mantenido silencio absoluto sobre la noticia.

Por eso no se entiende que la actitud tanto del Ministerio como del Gobierno haya sido radicalmente distinta hace apenas cinco meses cuando esa misma agencia incluyó al glifosato no en el grupo 1, de agentes carcinogénicos, sino en la lista 2A, como las carnes rojas, sustancias “probablemente carcinogénicas”, como potencial generador de linfoma de no Hodgkin.

En esa oportunidad, sin conocer el informe de la IARC y solo con base en el comunicado, el Ministerio de Salud pidió “suspender de manera inmediata el uso del glifosato en las operaciones de aspersión aérea para la erradicación de cultivos ilícitos”.

El Gobierno anunció que tal cosa se hacía en aplicación del “principio de precaución” enunciado por la Corte Constitucional, según el cual el Estado debe evitar lo potencialmente nocivo para la salud.

El Gobierno nunca dijo porqué no ha prohibido las sustancias del grupo 1 ni las otras de la lista 2A. Tampoco prohibió el uso general del glifosato (es el matamalezas más usado en Colombia) sino solo la fumigación aérea, y no de todos los cultivos, sino solo de coca y amapola. Y tampoco ordenó que se hiciera un estudio de los casos de linfoma de no Hodgkin en el país, para ver si alguno podría tener relación con el glifosato. Ni dio razón del número de muertos y heridos que se multiplicarán por tres si se mantuvieran las mismas hectáreas de narcocultivos del año pasado (hoy menos del 25 por ciento de la erradicación es manual. En diez años, en tareas de erradicación manual han sido asesinadas 197 personas y 687 heridas). Pero serán más porque los narcocultivos se están multiplicando. ¡En aplicación del principio de precaución habría que seguir fumigando!

Pero sí hay explicación: las Farc desde diciembre de 2013 venían pidiéndole al gobierno la suspensión “inmediata” de las fumigaciones. Este es un gobierno complaciente.

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