LATINOAMÉRICA: HISTORIA Y FUTURO DE DOS PARTIDOS

Por lo común es la izquierda neta y dura la que desata la fase expansiva en la economía: empujando el gasto estatal con impuestos y/o crédito externo, emitiendo billetes, relajando las exigencias para créditos. O a la vez con todas estas formas de “estimular la demanda” estilo keynesiano. Y “planes sociales” para comprar votos

Historia y futuro de dos partidos

Por lo común es la izquierda neta y dura la que desata la fase expansiva en la economía: empujando el gasto estatal con impuestos y/o crédito externo, emitiendo billetes, relajando las exigencias para créditos. O a la vez con todas estas formas de “estimular la demanda” estilo keynesiano. Y “planes sociales” para comprar votos

Alberto Mansueti
Alberto Mansueti

Por Alberto Mansueti

Noviembre 01 de 2015

El domingo 25 hubo elecciones para Presidente en Argentina y Guatemala; y vistos los resultados, algunos predicen el fin del socialismo “duro” en América latina, bajo la égida del Foro de Sao Paulo.

Y la vuelta a otra serie de experiencias “Neo” liberales, bajo la guía del “Consenso de Washington”, inaugurado en los ’90, aunque practicadas en Chile desde Pinochet (1973-88), el precursor. Y en México desde Salinas de Gortari (1989-95); en Venezuela desde Carlos Andrés Pérez (1989-92); en Bolivia desde Jaime Paz (1989-93); en Argentina desde Carlos Menem (1989-99); en Perú desde Fujimori (1990-2000); en Ecuador desde Sixto Durán (1992-96), … y un largo etcétera, de Presidentes que aplicaron “reformas macroeconómicas”, en sus famosos “Planes de Ajuste y Estabilización”.

Tal vez. Aquí la historia se repite. Desajustes e inestabilidades persisten. Porque en cada país, las sucesivas generaciones no quieren aprender de los errores cometidos en el pasado por sus mayores, y los fallos se reiteran. Y por el prejuicio de que “este país es distinto y no se puede comparar con el de al lado”; por eso tampoco se quiere aprender de los fracasos de los vecinos, y las ideas equivocadas se contagien como epidemia.

Para estos tiempos que vienen, mucho recomiendo el libro “Historia y futuro de dos partidos”, del periodista venezolano Julio Camino, que se compra por Internet en “Amazon.com”. Porque su lectura mucho ayuda para entender estos reiterados “retornos al pasado”, que nos hacen sufrir varias veces los mismos padecimientos económicos y políticos.

Los economistas de la Escuela Austríaca ganaron merecida fama en su profesión por explicar el “ciclo económico”, patología del estatismo en la economía. Es una fase inflacionaria de auge ficticio o “bonanza” artificial, resultante de la explosión gubernamental de la moneda y el crédito, a la que sigue otra fase recesiva de crisis, desempleo y vuelta a la pobreza, que resulta de los naturales e inevitables ajustes a la baja, que hacen los mercados cuando las realidades tocan a la puerta. Es imposible gastar lo que no se tiene, consumir lo que no se produjo, y hacer riqueza si no hay ahorro.

Mauricio Macri, inesperado ganador en Argentina
Mauricio Macri, inesperado ganador en Argentina

Pero el ciclo económico no es una fatalidad del destino. Tiene remedio: las “reformas micro”, o sea las “reformas estructurales”, de fondo, que muchos especialistas recomiendan a los países para después de las “reformas macro”. Hasta hoy no las ha hecho ningún Gobierno en América latina, ni los “Neo” liberales, y mucho menos los de socialismo extremo. Es más, nadie se atreve siquiera a darles nombre a esas reformas, a describirlas y enumerarlas específicamente: cuántas son, cuáles, y en qué consisten.

Eso hicimos en el Centro de Liberalismo Clásico, con Julio Camino y muchos otros estudiosos y políticos liberales de varios países: las Cinco Reformas. Puedes buscar información en la Internet. Encontramos la explicación al ciclo político, que la gente llama “ley del péndulo”: de la derecha a la izquierda, y otra vez a la derecha, y así indefinidamente.

El ciclo es una patología del estatismo político, muy ligada al ciclo económico. Por lo común es la izquierda neta y dura la que desata la fase expansiva en la economía: empujando el gasto estatal con impuestos y/o crédito externo, emitiendo billetes, relajando las exigencias para créditos. O a la vez con todas estas formas de “estimular la demanda” estilo keynesiano. Y “planes sociales” para comprar votos.

Pero esta “fiesta” no puede durar toda la vida. Si las economías no generan ahorros y capitalizan, entonces no maduran, y no salen del subdesarrollo. Todo lo que tienen de cuando en cuando es una gran borrachera social-populista con billetes de papel y crédito artificial, sin base en el ahorro. Y tarde o temprano llega la “cruda” o resaca, que en economía es la hiperinflación o la estanflación (estancamiento e inflación), desinversiones con quiebras o cierres de empresas, cesantías masivas, y alto desempleo. La ilusión se desvanece.

Y cuando las papas queman, reaparece la derecha mala, mercantilista, aliada con la “centro-izquierda”, y sus recetas del “Consenso de Washington”, para una etapa de “contención”. Como los bomberos: para apagar el fuego, “a nivel macro”. No hacen las reformas “micro”, que madurarían la economía y evitarían tragedias. Sólo ponen parches y remiendos en las áreas más visiblemente afectadas por el accidente; lo que en navegación se llama “control de daños”.

Tarde o temprano, estas medidas “Neo” liberales, que son insuficientes porque no van a la raíz del problema, no hacen mejoras sostenibles. Y producen descontento, un descontento que va “in crescendo”.…

Hasta que nuevamente la izquierda radical regresa al poder, con su demagogia, por lo general unos pocos años más tarde. Y el ciclo recomienza de nuevo. Otra vez. ¿Me explico?

No olvides comprar el libro “Historia y futuro de dos partidos”, de Julio Camino.

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