MARTÍN SANTOS, ¡CUÁLES SON SUS GESTOS DE ‘PAZ’?!

A Nicolás Galindo, como el gesto más vil de cobardía y patanería, lo tomaron tempestivamente por la espalda, era Martín Santos y le dijo: “¡¿A usted no le da pena estar aquí?! Su mamá en el cielo debe muy triste y apenada por usted”, sentenció el delfín como si fuera irrefutable verdad divina y absoluta

Martín Santos y Juan Manuel Santos

Martín Santos, ¡¿cuáles son sus gestos de “paz”?!

A Nicolás Galindo, como el gesto más vil de cobardía y patanería, lo tomaron tempestivamente por la espalda, era Martín Santos y le dijo: “¡¿A usted no le da pena estar aquí?! Su mamá en el cielo debe muy triste y apenada por usted”, sentenció el delfín como si fuera irrefutable verdad divina y absoluta

Andrés Candela
Andrés Candela

Por Andrés Candela

Diciembre 23 de 2015

Yo no sé si Martín Santos es funcionario público del gobierno de turno o si es simplemente un caprichoso delfín cuyo apellido le ayuda para posar con desmedida vanidad y figurar como si verdaderamente fuera un burócrata más de la actual Administración, es el hijo del Presidente, claro está; pero –reitero-, ¡¿es funcionario?! No sé tampoco si entre sus planes esté –algún día- llegar a disputar la corona y, sobre todo, estar dispuesto a que se la calentemos cuando sea necesario, aunque no le faltarán los arrodillados aduladores que se la brillarán y besarán cuando a él se le venga en gana; mas, lo que hoy sí demuestran los  hechos, es que si el primogénito del primer mandatario ostentara el primer puesto de la Nación, sería un gobernante sin ningún respeto por el luto de los demás, cruel, déspota y escudado en el viejo adagio  de “¡no somos machos, pero somos muchos!” Es decir, “¡tengo escoltas!”

El pasado 26 de noviembre el Presidente Juan Manuel Santos asistió a la entrega de la vivienda número 100.000 del

Beatriz Linares C.
Beatriz Linares C.

programa de viviendas gratis del Gobierno en el corregimiento El Salado, en el municipio de Carmen de Bolívar y todo hay que decirlo: “Dad al Cesar lo que corresponda al Cesar”, lo considero un muy buen programa. Era la entrega de la casa número 100.000 del programa que otorga un hogar a personas en extrema pobreza y se realizó en la urbanización “Villa Beatriz Linares”, nombre que –además- lo propuso la misma comunidad como homenaje a la memoria de la exdirectora de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, Beatriz Linares, quien falleció el 2 de febrero del año en curso.

La doctora Beatriz Linares luchó durante muchos años contra el cáncer. Su hijo, el periodista Nicolás Galindo, fue invitado personalmente al evento de inauguración en el Salado; no obstante, el señor Galindo siempre ha estado, respetuosamente, contra las políticas del Gobierno y del proceso de paz, incluso, en la propia Casa de Nariño le hacían tácitas sugerencias a la doctora Linares para que ella abogara por un cambio de actitud de su hijo, o sea, para que dejara de utilizar Twitter como medio de oposición. Actitud e ideologías que su madre siempre le respetó aunque ella –SÍ- fuera una verdadera funcionaria del gobierno.

Martín Santos y su hermano departiendo con el amigo de la familia, Samuel Moreno Rojas
Martín Santos y su hermano departiendo con el amigo de la familia, Samuel Moreno Rojas

Pues bien, al evento de inauguración del barrio con el nombre de su madre, invitaron al señor Galindo y él –en ese momento- lo tomó como un verdadero gesto de “paz”, como un acto que iba mucho más allá de la política. Pero durante todo el evento –como también lo relataron en LA LUCIERNAGA- nadie se refirió a la larga e impecable trayectoria la doctora Linares y sólo hasta el final fue nombrada por Claudia García de la fundación Semana al terminar el programa.

A Nicolás Galindo, como el gesto más vil de cobardía y patanería, lo tomaron tempestivamente por la espalda, era Martín Santos y le dijo: “¡¿A usted no le da pena estar aquí?! Su mamá en el cielo debe muy triste y apenada por usted”, sentenció el delfín como si fuera irrefutable verdad divina y absoluta. Sin embargo, Martín Santos, quien de inmediato fue rodeado por sus guardaespaldas, no le dio la mínima oportunidad a Nicolás Galindo para refutarle semejante insolencia.

La cuenta Twitter de Martín Santos es otro de los tantos pulpitos alegóricos desde donde se evangeliza con el cuento de la “paz”, cuento que –al paso que vamos y con sus insolentes bandazos- terminará siendo firmado como decreto presidencial; no obstante, las actitudes del primogénito del Presidente dejan mucho qué desear por su falta de ejemplo en esa “paz” que él también promulga para el país.

@Andrescandla

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