MOCKUS O SANTOS, LA TEORÍA DE LA AREPA

Así, no creo aconsejable votar por Santos solamente para evitar que suba Mockus, ni al revés. En cualquier caso, lo repito, gana el narcotráfico. El mismo que se tomó el palacio de Justicia y que hoy tiene tras las rejas a quienes osaron combatirlo mientras que ellos, los criminales, tienen magistrados, gobernadores, alcaldes y hasta candidatos presidenciales

MOCKUS O SANTOS, LA TEORÍA DE LA AREPA

Así, no creo aconsejable votar por Santos solamente para evitar que suba Mockus, ni al revés. En cualquier caso, lo repito, gana el narcotráfico. El mismo que se tomó el palacio de Justicia y que hoy tiene tras las rejas a quienes osaron combatirlo mientras que ellos, los criminales, tienen magistrados, gobernadores, alcaldes y hasta candidatos presidenciales

Ricardo Puentes Melo
Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Mayo 15 de 2010

Seamos francos. Admiro la gestión del presidente Uribe, pero no por ello me siento obligado a dejarme meter los dedos a la boca como si fuera uno de esos muchachitos que se desmayan de placer enceguecido cada vez que el loquito peligroso de Mockus levanta su lápiz en alto, cual anunciada amenaza de lo que hará con el exhosto de mis paisanos si lo llegan a elegir. Menos mal que su símbolo es un pequeño lapicito, y no un obelisco de esos que tanto les gusta a los doctores Gavirias. Menos mal.

A pesar de que en estos días he recibido varios golpes bajos por parte de quienes me odian –que son muchos y poderosos-, haciéndome cancelar contratos de trabajo obligándome a tomar curso obligatorio de faquir y hacer huelga de hambre necesaria, quiero decirles a ellos que estoy tan acostumbrado a la langosta como a las lentejas con arroz, y que mi familia ha tenido que aprender desde que el dúo Polo – FARC se trepó a la alcaldía de Bogotá, que aquí en este país amigo es el ratón del queso, y que en política hay poca decencia y casi ninguna lealtad.

Dicen que con Santos o Mockus, por cualquier lado nos cuecen

Sé que a Colombia le irá peor con Mockus que con Santos. Pero en todo caso le iría mal con cualquiera de ellos. Nosotros estamos condenados –al parecer- al fatídico destino de la arepa donde por cualquier lado que nos pongan vamos a ser asados.

De Mockus sobra agregar cualquier cosa –ya he hablado de él, y lo seguiré haciendo- siendo la más preocupante su admiración por Chávez y su determinación a tratar “con cariño” a las FARC, amén de que es candidato por un Partido fundado por los guerrilleros del M-19, de nexos clarísimos con el narcotráfico.

De Santos, nunca me ha gustado su fea proclividad a hacer alianzas hasta con el diablo, si esto lo conduce a lograr su desaforado sueño de poder. Esa ansia loca lo ha llevado a irse de cacería de patos con Mancuso, a complotar en compañía de paracos y guerrilleros, a revolverse con bloques capitales, a urdir planes y mover fichas como si el propósito de la historia del país fuera llegar tener otro Santos como presidente para llegar al cenit de la democracia.

Da horror ver cómo Juan Manuel Santos acusó infamemente a un hombre tan recto como el almirante Arango Bacci, humillándolo con el escarnio de una cárcel que no merecía. Produce espanto porque Santos se valió de todo su poder –que lo tiene, y mucho- para apabullar con todo el aparato estatal a un hombre inocente cuyo pecado fue haber tocado al omnipotente Santos.

También da grima ver cómo Santos se endilga los más grandes golpes de nuestro ejército a las FARC, sin dar crédito  merecido a quienes de verdad arriesgaron su vida.  El general Montoya fue el artífice de golpes a la guerrilla tan contundentes como la Operación Jaque y varios más que lastimaron mortalmente a los narcoguerrilleros. Y por eso lo hicieron renunciar, para que no brillara en exceso.

Hay informes serios de que los Santos se han reunido con paracos y guerrilleros, no en misión oficial, sino aprovechando el sigilo y la oscuridad para el complot. Muchos dicen que Juan Manuel Santos tendrá que pagar muchos favores a los más peligrosos criminales y narcotraficantes, si llega a la presidencia –como parece que sucederá.

Santos nos debe varias explicaciones. Está el tumbado del asunto de la Fragata, compra que ocurrió con su necesaria autorización. Tiene que responder por qué nombró a generales corruptos en cargos estratégicos, y si es cierto que tiene negocios en sociedad con algunos de ellos.

Tendrá que explicar algún día, por qué expulsó a casi una treintena de oficiales acusándolos ante los medios de ser asesinos, pero sin levantarles cargos, en una clara jugada mediática, y por qué ahora, como candidato presidencial, promete restaurar el fuero militar y ayudar a salir de la desgracia en la que están cientos de nuestros soldados, acusados por una justicia permeada por la guerrilla y el narcotráfico.

El contenido que está intentando acceder sólo está disponible para miembros. Ups... The content you are trying to access is only available to members. Sorry.

Signup

Comentarios

Loading Disqus Comments ...
Loading Facebook Comments ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *