PIEDAD CÓRDOBA NO CONDENA MASACRE

Causa horror constatar que eso es lo que piensa y lo que proclama una senadora colombiana que se dice “liberal” y que asegura luchar por los derechos humanos, y que ese tipo de discurso infame no desate la menor controversia en la prensa colombiana

PIEDAD CÓRDOBA NO CONDENÓ LA MASACRE DE DONCELLO

Eduardo Mackenzie

 Por Eduardo Mackenzie

No es cierto que la senadora Piedad Córdoba, y el llamado grupo de “Colombianos y colombianas por la paz”, hayan condenado la horrible y cobarde matanza de 14 policías cometida por las Farc en Doncello, Caquetá. 

Por el contrario, el comunicado de Piedad Córdoba pone en duda ese hecho, pues comienza diciendo: “Si las afirmaciones de los medios de información son verdaderas […]”. Es decir que ante el silencio que mantienen las Farc sobre esa nueva atrocidad estamos ante una mentira de las autoridades. 

Después, ella disculpa ese hecho criminal al calificarlo como un simple “acto de guerra”. Al hacer eso, Piedad Córdoba juega con el delito de apología del delito y no hace más que dar a los criminales el estatus de beligerantes. Córdoba vuelve a repetir lo que dicen las Farc. Estas, al criticar la condena de la masacre expresada por Catherine Ashton, responsable de política exterior y seguridad de la Unión Europea,  minimizaron su crimen diciendo, a través de su agencia de noticias Anncol, según Radio Caracol, que “en el marco de un conflicto hay muertos, heridos y retenidos”. 

La senadora Córdoba afirma que “No todo método en la guerra es válido”. Lo que quiere decir que la violencia que ejercen las Farc es legítima y que lo criticable es únicamente algunos “métodos” que no serían “válidos”.

 

Es cierto que Córdoba lamenta que los guerrilleros hayan rematado a los heridos, y que algunos de éstos hayan sido quemados vivos, aunque ella no emplea siquiera esa frase sino una diferente, de connotación atenuada, de “incinerar los cuerpos de los agentes estatales”, como si éstos hubieran sido quemados cuando ya estaban muertos. Algunos de esos policías, en realidad, estaban vivos cuando fueron consumidos por las llamas producidas por las cargas explosivas de los terroristas.

 

En su comunicado, Piedad Córdoba acepta ese acto ignominioso como un “acto de guerra”. Es decir, ella envía este mensaje: si no los hubieran rematado ni incendiado, hubiera estado bien llevar a cabo ese “acto de guerra”.

 

Piedad Córdoba en un foro de DD.HH en La Sorbona, París. !Qué cinismo..!

Causa horror constatar que eso es lo que piensa y lo que proclama una senadora colombiana que se dice “liberal” y que asegura  luchar por los derechos humanos, y que ese tipo de discurso infame no desate la menor controversia en la prensa colombiana.  

Al final de su comunicado, ella insiste en poner en manos de las Farc la verdad de lo que ocurrió al invitarlas a que digan qué pasó y a que detallen si utilizaron el métodos de rematar e “incinerar los cuerpos” de los policías: “Llamamos a la guerrilla de las FARC EP a pronunciarse públicamente acerca de lo sucedido, precisando su responsabilidad o no, en los métodos usados contra los combatientes policiales.” 

La senadora tampoco expresa piedad alguna, ni declara su solidaridad moral a las familias de los policías asesinados, pues la frase que emplea para eso carece de verbo. Esa frase dice así: “Nuestra solidaridad con las familias de los policías y con todas las familias de los quienes han perdido la vida en los últimos días en el marco del desarrollo del conflicto armado interno que vive Colombia.” 

Al final, aparece la motivación real del comunicado de Piedad Córdoba, la cual es muy distinta de lo que la prensa creyó haber leído: explotar la muerte de esos heroicos policías para impulsar la impostura del “diálogo político, la humanización de la guerra y la solución negociada al conflicto social y armado”.

El Espectador dijo el 5 de septiembre de 2010 que Piedad Córdoba exigió a las Farc “respuestas claras” sobre la muerte de los 14 policías en Doncello. No es cierto. Tampoco es cierto que la carta de Córdoba haya señalado que la matanza, considerada como un todo,  “merece nuestro absoluto rechazo”. Lo que ella rechazó fue el acto de rematar e incinerar a los citados servidores públicos.

¿Las autoridades judiciales del país seguirán impasibles y haciendo como si no vieran ni entendieran nada acerca de las ilegalidades que viene cometiendo esa “senadora”?

Septiembre 06 de 2010

 

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