POR QUÉ PLAZAS VEGA ES INOCENTE II

La izquierda colombiana sigue utilizando la estrategia de “una mentira repetida mil veces, se vuelve verdad”, con aspectos como la existencia de 11 desaparecidos, cuando probablemente sólo hay una

POR QUÉ PLAZAS VEGA ES INOCENTE II

Gustavo Petro, cabecilla del M-19 y autor intelectual de la Toma

Por Jaime E. Granados

Curiosamente, el mismo día que se publicaba la primera parte del presente artículo en este diario se conocía la sentencia del Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá, en contra del General Jesús Armando Arias Cabrales. En esa sentencia, a pesar de ser condenatoria, hay elementos que refuerzan los argumentos centrales de nuestro alegato de inocencia a favor del Coronel Alfonso Plazas Vega.

Se reitera en la sentencia, por ejemplo, que el comandante del operativo, fue Arias Cabrales, no el Coronel Plazas, como siempre se ha querido hacer creer por los interesados en cobrar venganza del “defendiendo la democracia, maestro”. Para el Juzgado 51, no fueron de recibo las exculpaciones del vocero de la defensa del General Arias Cabrales en el sentido de que en la práctica, el que mandaba era el Coronel Plazas, por el hecho de ser el yerno del entonces Ministro de Defensa General Vega Uribe. Como se dijo en la primera parte del artículo, el Ejército en plena operación, obedece a jerarquías, cadenas de mando, no a favoritismos o similares. De otra parte, queda en claro que las labores de Inteligencia eran del resorte exclusivo de uniformados que no eran el Coronel Plazas.

Sin embargo, lo más destacable de la sentencia es la contundente descalificación del testimonio de Édgar Villamizar o quien quiera que éste sea, con las siguientes palabras:

“… dicha prueba resulta ineficaz, toda vez que no se aviene a los postulados del debido proceso, erigidos como derecho fundamental por el artículo 29 de la Constitución Política (?) presenta manifiestas irregularidades como carecer de fecha verificable y haber sido suscrito por el deponente de nombre ÉDGAR VILLARREAL. Tales falencias generan incertidumbre respecto de la escrupulosidad del elemento de juicio y, más aún, sobre la real identidad del exponente, que en esas condiciones se advierte nebulosa, anomalías que a estas alturas resulta imposible superar como a la postre acaeció a lo largo del proceso…”.

Como se recordará, es el testimonio del supuesto ÉDGAR VILLAMIZAR el que fundamenta la sentencia contra Plazas Vega. Así pues, chocan las decisiones de los Juzgados 3º, caso Plazas Vega, y 51º, caso Arias Cabrales, en cuanto al punto de este testigo. El 3º le dio legalidad en lo formal y credibilidad en su fondo. El 51º lo descarta por insuperables vicios en sus aspectos tanto formales como de fondo, unos en lo tocante a la garantía al debido proceso, puesto que se hizo a espaldas de la defensa, con una persona que “espontáneamente” se acercó a la Escuela de Caballería a ofrecer su testimonio, otros en torno a las insuperables dudas sobre la identidad del “nebuloso” testigo, como los errores en su nombre, lugar de nacimiento, entre otras. De haber el Juzgado 3º aceptado los argumentos defensivos respecto de Villamizar, tal y como lo hizo el 51º, no estaríamos en presencia de la protuberante injusticia que se comete hoy en contra del Coronel Plazas.

Por desgracia, el Juzgado 51º incurre en lugares comunes que, en creencia del suscrito, obedecen no tanto a certezas probatorias, como al éxito de la estrategia de la izquierda colombiana de “una mentira repetida mil veces, se vuelve verdad”, con aspectos como la existencia de 11 desaparecidos, cuando probablemente sólo hay una; o la teoría de la “ratonera”, esto es, que el Ejército sabía de los planes del M-19 hacía desde un mes, pero guardaron silencio, para así dar un certero y final golpe de gracia a la banda subversiva; o la aplicación de la teoría de los “Aparatos Organizados de Poder” del profesor Claus Roxin, que a fin de cuentas no es sino un atajo para poder endilgar responsabilidad cuando la prueba “tradicional” es débil, teoría esta que según el mismo Roxin aplicaba sólo a Estados totalitarios (URSS, RDA), y no a democracias como la colombiana.

Mayo 12 de 2011

 

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