“PREFERIMOS QUE NOS MATE EL CORONAVIRUS O LA POLICÍA, A MORIR DE HAMBRE”

Es fácil decretar cuarentenas cuando se vive con privilegios, se tiene la nevera llena y hay dinero en la cuenta bancaria. Pero hay que ponerse los zapatos de los más pobres para saber la monumental tragedia que significa una medida que solo los más pudientes han convertido en temas de memes y bromas.

Protestas por hambre en Arborizadora Alta, Bogotá

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Abril 16 de 2020
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

-No aguantamos más el hambre, doctor-, me dijo hace un par de días un viejo conocido que vive en Ciudad Bolívar y con quien, desde hace más de 25 años coordinamos ayudas para su comunidad, que siempre vive en la cuerda floja de la pobreza. -El gobierno del presidente Duque y la alcaldesa Claudia López nos han prometido de todo y no han cumplido nada.

Pude imaginar esa angustia desde el mismo comienzo en que la clase política aplaudió las medidas de cuarentena decretadas desde las oficinas de Duque y Claudia López. Conozco bien la situación mísera en que viven los habitantes de las goteras de Bogotá. Conozco sus afanes, sus luchas diarias, sus angustias familiares, su violencia, su falta de oportunidades y el trabajo duro que hacen para llevar a sus mesas la comida para sus hijos.

Ni Duque ni los cabecillas del Centro Democrático, ni tampoco la alcaldesa Claudia López han convivido con esto. Como politiqueros que son, se nutren de la ignorancia de esta gente y se aprovechan de sus necesidades prometiendo en campañas políticas el cielo y la tierra, pero olvidando al otro día las promesas de ayuda.

Qué fácil es decretar encierros y cuarentenas cuando se tienen los privilegios de los que carecen los pobres

Así que, como dije, desde el mismo comienzo en que los pillos que gobiernan a Colombia decretaron cuarentena y destinaron recursos para los necesitados (recursos que jamás llegarán a las manos de los pobres sino que se quedarán en los bolsillos y cuentas de la clase política corrupta -que es toda ella) tuve muy claro que la angustia llegaría muy pronto a estos hogares donde la gente madruga a buscarse el sustento trabajando en lo que sea y por pocos pesos.

Y así sucedió. Mientras las millonarias ayudas se las reparten entre los bandidos del gobierno, falsificando cédulas, sobrecosteando comida e implementos (refundiendo el millonario botín en la mafia de la burocracia con la cual se han robado Reficar, el dinero para la infraestructura que han mezclado con dineros de Odebrecht y los narcos, los bonos de agua… la lista es larga), los supuestos destinatarios se asfixian encerrados en unas casas que no son dignas para vivir mientras esperan la ayuda que nunca les llegará.

-A nosotros los pobres no nos va a matar el coronavirus, sino el hambre. Preferimos morir por coronavirus que de hambre o por golpes de la policía- nos dijo uno de los manifestantes de Arborizadora Alta que, en la noche del martes y la madrugada de ayer salieron a protestar pacíficamente.

El presidente Iván Duque. ¿Solo sabe de payasadas?

La protesta pacífica (que lleva ya 3 días en varios lugares de Bogotá), en las puertas de sus casas, y haciendo sonar las cacerolas, pensando ilusamente que esto atraería la atención del gobierno nacional y la Alcaldía de Bogotá, solo trajo el efecto de que enviaron a varios agentes de Policía quienes no tuvieron otra opción más que obedecer las órdenes recibidas y emprender a golpes a los manifestantes, entre los cuales había muchas mujeres, niños y ancianos.

Mientras las millonarias ayudas se las reparten entre los bandidos del gobierno, falsificando cédulas, sobrecosteando comida e implementos, los supuestos destinatarios mueren de hambre mientras esperan la ayuda que nunca les llegará

Es muy triste lo que sucede en Colombia. En Estados Unidos, donde vivo exiliado, la gente no está siendo golpeada ni sus derechos son atropellados. Las medidas para conjurar la pandemia van de la mano de la ayuda para los necesitados. El gobierno de Trump está haciendo llegar cheques a cada persona de bajos recursos que declaró impuestos, mientras iglesias, organizaciones de caridad, empresarios, etc., colaboran regalando mercados para quienes no pueden comprarlos, sin importar si son indocumentados.

En Colombia esto no sucederá mientras el poder siga en manos de bandidos, personas que fingen ser cristianos pero que no son más que torcidos y rateros que benefician a sus amigos y familias mediante el robo al dinero público.

Porque eso son los que gobiernan Colombia: Una cochada de bandidos. Todos.

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