PSICOLOGÍA EVOLUTIVA, ADOPCIÓN GAY Y ABORTO

No hay absolutos morales, dice el Movimiento Nueva Era y por eso afirma tener una tolerancia espiritual hacia todos los “sistemas de verdades.” A esto le llaman “armonización”. ”Recíproca armonía”, o “concepto de armonía”

PSICOLOGÍA EVOLUTIVA, ADOPCIÓN GAY Y ABORTO

No hay absolutos morales, dice el Movimiento Nueva Era y por eso afirma tener una tolerancia espiritual hacia todos los “sistemas de verdades.” A esto le llaman “armonización”. ”Recíproca armonía”, o “concepto de armonía”

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Agosto 12 de 2011

A propósito de la “orden” que emitió la Corte Constitucional al Congreso de la República, para que adelantara lo pertinente para los matrimonios gay y todo lo conexo, incluido su pretendido derecho a adoptar niños, repasé unos mails cruzados con una educadora y psicóloga, que hablaba de cómo se adquirían las destrezas y comportamientos.

Las discusiones sostenidas con esta psicóloga giraban en torno a los comportamientos políticos amorales de líderes políticos y en cómo asumimos tales eventos. Mientras yo me he centrado en atacar con dureza –no lo niego- ciertas actitudes y declaraciones de seguidores radicalistas de izquierda, mi contertulia ha defendido una actitud más “filosófica” frente a los hechos, asegurando que todo esto es un proceso co-evolutivo de aprendizaje.

Siempre me sorprendí de cómo una madre y abuela –además educada en universidad, reprobara la barbarie pero, al mismo tiempo, se mostrara tan comprensiva con los bárbaros autores de esa barbarie. A lo largo del intercambio epistolar la psicóloga me envió reflexiones tales como “la naturaleza sabe lo que hace”, “la naturaleza es sabia”, “debemos dejarnos guiar por la naturaleza”, y otras más que hacían alusión a una pretendida sabiduría impersonal y misteriosa que conducía los acontecimientos hacia determinado punto.

No fue sino hasta que yo le pregunté por qué ella le atribuía a “la naturaleza” cualidades de persona, es decir, “dirige”, “sabe lo que hace”, etc., que surgió la verdadera cuestión. De una u otra forma, mi amiga epistolar estaba colocando cualidades divinas personales en la naturaleza. Sin embargo, la naturaleza –a pesar de “guiar”, “ser sabia”, “conducirnos”, no era para ella, una entidad con personalidad sino una especie de fuerza impersonal que de alguna manera maneja nuestros destinos con una sabiduría conciente que, empero, no es consciente.

Antes que nada, es importante definir lo que es la psicología. La psicología es el estudio de la conducta y la experiencia; estudia la manera en que los seres humanos y los animales sienten, piensan, aprenden y conocen para adaptarse al medio que les rodea.

Así como lo leen: La psicología incluye en su objeto de estudio a los animales. ¿Por qué? Precisamente porque se parte de la premisa de que el hombre y el animal son esencialmente lo mismo, algo planteado por Erasmo Darwin, cuyo nieto, Charles Darwin, se apropió de sus tesis para escribir El Origen de las especies, texto que ha influido profundamente en todas las ramas del conocimiento humano.

“Lucy”, un fraude científico

Aunque los orígenes de la psicología se remontan a la filosofía de la antigua Grecia, como “ciencia” ésta empieza empíricamente en el siglo XVII con los trabajos de René Descartes, educado por jesuitas en el escolasticismo, junto a Thomas Hobbes y Jhon Locke, ambos ingleses y educados en Oxford, también por curas. Hoy día, todo nuestro sistema educativo está basado en los estudios de una de las corrientes de la psicología, “la psicología evolutiva” (o psicología del desarrollo).

¿Por qué es importante esto..?

Porque nuestros niños están siendo educados siguiendo ciertos patrones establecidos por la psicología evolutiva y porque tal vez podemos encontrar allí las razones de muchos de nuestros problemas. Drogadicción, suicidios, conductas criminales y antisociales, indiferencia ante el dolor ajeno… Todo ello –digo yo- no es estudiado por la psicología, sino implementado por ella en nuestra cotidianidad de manera subrepticia, es decir, camuflada como verdad (sin serlo) en medio de verdades comprobadas.

Podemos resumir la psicología evolutiva como el estudio de los cambios de la conducta y su secuencia desde la infancia hasta la vejez. La psicología evolutiva parte del naturalismo, y asegura que la conducta humana es el resultado de la interacción entre factores biológicos (físicos y emocionales) e influencias ambientales (escuela, familia, religión y cultura). La psicología evolutiva da por hecho que procedemos de un proceso biológico evolutivo para, a partir de ahí, explicar la psiquis humana. El naturalismo excluye cualquier creencia de origen y destino supranatural para la humanidad y asegura que la realidad es todo lo que se puede comprobar “científicamente”; añadiendo que por “científico” se entiende todo lo opuesto a una creencia en Dios.

Es tan importante y actual el tema, que el eterno conflicto en Colombia (como en casi todo el mundo) puede rastrear sus

Robinson Sánchez, abogado y activista gay, con Carlos Gaviria

orígenes en esta corriente filosófica –el naturalismo. Cuando escuchamos con horror cómo Carlos Gaviria, exmagistrado y expresidente del Polo Democrático, defiende el homicidio, el secuestro y otros crímenes atroces, asegurando que son justificables si se cometen por ideologías políticas, podemos entender sus reflexiones si sabemos que Gaviria es un naturalista, un ateo convencido y, como tal, tanto para él como para la mayoría de neocomunistas, los valores morales son relativos y la ética no es dictada por un creador –un ser superior- sino que ésta nace de la vida en sociedad y se basa en costumbres, inclinaciones o en alguna forma de utilitarismo.

El socialismo (incluyendo todas formas –maoismo, marxismo, neocomunismo, tercera via, etc) al no ser guiado por la creencia en un ser supranatural (Dios) que es quien dicta las normas de conducta, carece de una ética y una moral a la cual deban estar obedientes; al contrario, los socialistas definen lo que es ético y moral a la luz de su creencia de que estos conceptos están siempre sujetos a cambio.

En el marco de esta concepción, podemos entender por qué la guerrilla colombiana utiliza técnicas como el secuestro, el asesinato y las masacres para lograr sus fines, sin que sientan ningún remordimiento. No creen que deban dar cuentas a un ser superior y mucho menos que ese ser superior deba dictarles normas de conducta (ya que no existe, dicen). De igual manera, podemos entender que Samuel Moreno haya dicho que él estaría dispuesto a cometer actos inmorales e ilegales si la situación lo requiere; podemos entender por qué roba el erario sin mosquearse. También podemos entender cómo terroristas como Petro son candidatos a cargos públicos sin sonrojarse una pizca por su pasado criminal por el cual jamás pagó cárcel. Y sabiendo del trabajo meticuloso de la izquierda en su infiltración en el sistema educativo, comprendemos también cómo es posible que criminales como él tengan aceptación en ciertos sectores de la población, fácilmente manipulable.

“El fin justifica los medios” es la máxima amoral que rige el socialismo. “El fin justifica los medios”, es la máxima amoral eminentemente jesuítica que explica su siniestro éxito en donde quiera que su influencia se ha establecido (Miren la atropellada Urabá en manos del cura jesuita Giraldo). Esta teoría de la evolución, cuya máxima es “el fin justifica los medios”, la que ha entrado camuflada en la pedagogía moderna, en la técnica utilizada para la educación de nuestros hijos y en las explicaciones de nuestra realidad histórica.

La adopción gay, una violación a los derechos de los niños

Jean Piaget, psicólogo suizo, tomó la teoría de la evolución y –a partir de ahí- desarrolló una corriente a la que denominó “epistemología genética”, que no es más que el estudio del origen del conocimiento humano. Los estudios de Piaget han dado origen a trabajos muchísimo más profundos y complicados, pero la teoría de la evolución darwiniana es la base de todos ellos.

Las principales teorías evolutivas (en psicología) son la teoría freudiana de la personalidad y la de la percepción y cognición de Piaget. Ambas explican el desarrollo humano en la interactividad de las variables biológicas y ambientales. Pero no vamos a ahondar en esto.

Gracias a esta moralidad “relativa” y ética en “cambio constante”, es que entendemos la álgida disputa en torno a muchas cuestiones como la medicina, el feminismo o el homosexualismo. Para los evolucionistas, por ejemplo,  el homosexualismo es simplemente una cuestión de diversidad y gustos mientras que para quienes creen en Dios el asunto es totalmente inmoral.

La violencia también tiene sus explicaciones evolucionistas. Dicen los naturalistas que se debe a la relación e interacción entre factores biológicos y ambientales y que es parte de nuestra naturaleza animal. La supervivencia del más apto es la ley que aplica en todos los ámbitos de la cultura humana y excusa las masacres, las intrigas y la crueldad en este relativismo cultural. Básicamente nos dice que estamos condenados a ello.

Charles Darwin, el autor de la hipótesis de “el origen de las especies”, fue un masón declarado que ridiculizó la existencia de Dios bajo la excusa de no ser “científico”.

Al creer en la supervivencia del más apto, se detonaron las guerras más terribles que ha sufrido la humanidad y se dio rienda suelta al exterminio bajo el pretexto de estar siguiendo las leyes de la naturaleza que eludían responsabilidades morales en la desaparición de  millones de seres humanos bajo la premisa de la “selección natural”. Pueblos enteros fueron eliminados, millones de personas fueron asesinadas por “selectores naturales” socialistas como Stalin, Mao, Ché Guevara y Castro, sin que ellos sintieran el más mínimo remordimiento por ello.

De igual manera, y desde otro frente de exterminio, las iglesias católica y protestantes –y ahora el Islam y el sionismo- se autonombraron como los “justicieros de Dios” y han bendecido e inventado la mayoría de las guerras y masacres desde el siglo IV. Pero su motivación nunca ha sido religiosa sino financiera.

Mientras que el evolucionismo social explica al hombre como solamente un factor reemplazable e insignificante en la dinámica de cambio, la Biblia (no hablo de las religiones sino de la Biblia) nos dice que el hombre es parte importante del plan divino que abarca el universo.  Al encontrar su lugar en ese plan, el hombre alcanza un sentido de dignidad propia, de logro personal y de respeto por la vida ajena, cosas que hacen que sus anhelos más profundos sean satisfechos. Dentro de esa perspectiva, el ser humano no es reemplazable ni resultado del capricho de la “naturaleza”.

Antes de continuar con el asunto de cómo nuestra realidad se puede explicar por la manera en que hemos sido adiestrados para aceptar todo tipo de desviaciones y crímenes como si esto fuera ineludible, miremos lo que nos dice Colin Patterson, Ph.D, científico evolucionista de renombre:

Debemos primeramente preguntarnos si la teoría de la evolución por medio de la selección natural es científica o pseudocientífica (metafísica) … Considerando la primera parte de la teoría que postula que la evolución ha ocurrido, sugiere que la historia de la vida es un solo proceso de división y progresión de especies. Este proceso tiene que ser único e irrepetible, como la historia de Inglaterra. Esta parte de la teoría es entonces una teoría histórica acerca de eventos únicos, y eventos únicos no pertenecen, por definición, al ramo de la ciencia, porque no se repiten y por lo tanto no se pueden verificar por medio de experimentos”.

Es notable que estas declaraciones son muy aceptadas en los círculos científicos y declaran que la teoría de la evolución no es un hecho sino una hipótesis no comprobada por la ciencia.

Lo curioso e incomprensible es que, a pesar de ser solamente una hipótesis y de que la ciencia lo reconozca como tal, esta teoría es al mismo tiempo una especie de verdad suprema incontrovertible que se enseña a los niños desde la escuela primaria. La teoría de la evolución es, ni más ni menos, que una religión cuya diosa misteriosa y a la vez omnipresente es  “la naturaleza”.

Caricatura de Charles Darwin

La teoría de la evolución presenta varios problemas muy serios para cualquier hipótesis que pretenda ser ciencia: No hay evidencias de que el caldo pre-biótico haya existido y, si se asume que existió, tampoco hay mecanismos que soporten la evolución química de la vida; no existen fósiles transitivos, faltan millones de “eslabones perdidos” tanto animales como vegetales para sustentar la teoría; la evidencia geológica nos muestra la aparición súbita de las formas de vida tanto simples como complejas en las capas más profundas de la tierra; nunca se ha podido comprobar que la materia inerte pueda transformarse en materia viviente por medio de procesos autónomos ni manipulados, nunca se ha podido crear vida en un laboratorio.

Esto nos conduce al hecho de que si la evolución no es probada, todas sus hijas, incluyendo la psicología evolutiva, carecerían de bases sólidas y estarían fundando sus explicaciones sobre plataformas inexistentes, premisas falsas.

Sin entrar en discusiones acerca de por qué quienes en nombre de Cristo han cometido las peores barbaries de la historia, podemos afirmar que tal situación condujo a movimientos intelectuales anticristianos como la masonería, uno de los poderes centrales que condujo el largo combate para derrumbar el orden socio-económico que se apoyaba en la religión, para reemplazarlo por un Nuevo Orden Secular. La masonería se valdría de diversos mecanismos para ir consolidando su poder gracias a muchas alianzas anticristianas, entre ellas la infiltración de los jesuitas quienes se apoderaron de todo el control de las logias masónicas. El fin último de los masones es abolir todas las disciplinas religiosas y sociales de la cristiandad para establecer un nuevo sistema basado en los principios del naturalismo. El fin último de los jesuitas es consolidar el poder temporal del papa y colocarlo como cabeza religiosa y política del mundo. Los jesuitas saben que esto solamente es posible mediante el caos y el derrumbamiento de la moral y del establecimiento. Cuando las personas se hallan desesperadas, vuelven su mirada a Dios o su supuesto representante en la tierra. Y cuando eso ocurra, allí convenientemente, estará el líder religioso. Pero ese es otro tema.

Así que mi amiga apistolar, la psicóloga, me envió un documento titulado: “Educar, asunto de economía, cuestión de vida”, en donde pasa por alto la vieja discusión por el origen del hombre, y asume la evolución como un hecho comprobado, incontrovertible. Su disertación, como todas las disertaciones neocomunistas, se basa en una premisa falsa, al menos no comprobada.

Visto como el resultado fortuito de la “naturaleza”, los evolucionistas nos dicen que el objetivo del ser humano –su razón de vida- es responder ante la incertidumbre cambiando –no adaptándose- para solucionar y mejorar esas respuestas ante la “incertidumbre” (lo desconocido). Esto contrasta radicalmente con la opción bíblica que nos dice que la respuesta a las incertidumbres, es confiar en Dios y dejar que sea Él quien guíe nuestro camino.

Dice mi amiga psicóloga en su documento:

Muerte, enfermedad, dolor, daño, pérdida, sufrimiento, infelicidad, conflicto, no son destinos ineludibles, son consecuencia de las elecciones que hacemos ante las incertidumbres, ante el acontecer diario de la vida. Reducir su presencia, o como en el caso de la muerte retardarla el máximo tiempo posible, es un excelente motivo para ser creativos”.

Aunque bastante atractivo, este concepto no es novedoso ni “científico”; es la premisa fundamental del movimiento de la Nueva Era.

¿Qué es el Movimiento Nueva Era..?

Es un conjunto de sistemas de pensamientos metafísicos (seudocientíficos) influenciados por las filosofías orientales antiquísimas. En el MNE, el hombre es considerado como un co-creador, como la esperanza de una futura paz y armonía. Igual que lo hace la psicología evolutiva, el MNE dice que la muerte, la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y demás conflictos, no son ineludibles sino consecuencia de cómo se actúa y se piensa. El seguidor del MNE, igual que el evolucionismo (que alimenta el movimiento NE) pierde el temor ante el castigo de Dios y no cree en el concepto de pecado. También se burla de la “estrechez de mente” del cristiano pero, paradójicamente, acepta casi cualquier posición religiosa.

El MNE defiende el endiosamiento evolutivo y la unidad global.

El endiosamiento evolutivo es el paso siguiente a la evolución biológica. Se dice que el ser humano está evolucionando, ahora, de una manera psicológica y que el siguiente paso es su evolución espiritual. Todo, enfermedades, dolor, sufrimiento, podrá ser controlado por el hombre…. hasta la muerte podrá ser eliminada. El MNE nos dice que el hombre es naturalmente bueno en su interior, igual que lo asegura la psicología evolutiva. También nos dice que es el hombre el que crea su propia realidad, igual que lo asegura la psicología evolutiva.

Además, y al igual que la psicología evolutiva, el MNE nos dice que “todo está relacionado con todo”; y que es la “naturaleza” la que rige las leyes de la evolución (aunque también se acepta un concepto de un dios impersonal, que no es otro que la misma naturaleza).

Debido a que todos somos en la naturaleza, y la naturaleza es en nosotros, basta con que el ser humano se ponga en sintonía con la naturaleza, que aprenda a nutrirla y que aprenda a ser nutrido por ella. Psicología evolutiva. “Todo está relacionado con todo”, dicen psicólogos evolutivos y seguidores de la Nueva Era.

Dice nuestra amiga psicóloga evolutiva:“En realidad no sólo hay evolución, hay coevolución, aprender a aprender para transformarse, transformar a los, las, demás, lo demás; transformar el territorio y ser transformados  simultáneamente a medida que se va viviendo”.

La tierra, tanto en la psicología evolutiva, como en el Movimiento Nueva Era, es considerada un ser vivo, es la misma naturaleza, es la “madre tierra”, “Gaia”, que debe ser reverenciada y respetada. Llega, incluso, a ser adorada:

“Un importante acto creativo humano es saber orientar la conducta hacia la elección, creación y mantenimiento de satisfactores y bienes que nos lleven a vivir y realizar las necesidades humanas fundamentales con la mejor calidad posible para garantizar, hasta donde sea posible, nuestra independencia de las incertidumbres simultáneamente que contribuimos, solidariamente, a que todos los demás seres vivos y el Planeta, de quien ya se dice que, también, es un ser vivo, puedan también vivir y realizar sus propias necesidades y cumplir la función por la cual existe, su misión.”

Igual que la psicología evolutiva, el MNE dice que los seres humanos no somos ni más ni menos importantes que nuestros “primos”, los animales, las aves, los peces. Se asegura que debemos vivir en armonía con ellos, entenderlos y aprender de ellos. Esto último es la base de la psicología y de otras ramas del saber como la antropología y se opone frontalmente a las enseñanzas de la Biblia que nos habla de la superioridad del hombre sobre los animales (Gén. 1:26-27; 2:19). Y de que Dios le ha dado al hombre la responsabilidad de cuidar la creación como un buen administrador (Gén. 2:15).

Regresando al enunciado inicial, de que no hay absolutos morales, tanto la psicología evolutiva como el Movimiento Nueva Era, apoyan esta premisa. No hay absolutos morales, dice el MNE y por eso afirma tener una tolerancia espiritual hacia todos los “sistemas de verdades.” A esto le llaman “armonización”. ”Recíproca armonía”, o “concepto de armonía” en palabras de la psicóloga:  “Todos, todas, somos fuente de armonía, todas, todos, todo, somos inmensamente ricos, simple y llanamente porque podemos crear la riqueza desde nuestro interior, estamos hechos para esto, nos viene por naturaleza. (…) La naturaleza sabe lo que hace. (..)  la sabia naturaleza sabe más de conciencia que lo que nosotros y nosotras estamos dispuesta a reconocerle” asegura la educadora psicóloga.

Cuando se afirma que no hay absolutos morales, (ya que la “madre naturaleza” no puede tener moral) esto significa que, aunque todas las filosofías, teologías y comportamientos puedan parecer más o menos contradictorios, en último análisis la contradicción es sólo aparente porque –dicen- en el fondo todos enseñan básicamente lo mismo y por lo tanto, son en principio armonizables. “Todos, todas, somos fuente de armonía”, dice nuestra querida psicóloga haciendo eco de tales doctrinas..

El relativismo moral justifica los asesinatos de seres humanos no nacidos

El problema que surge de esta afirmación de relativismo moral es que, al asegurar que no hay absolutos morales, se está haciendo una afirmación absoluta, y eso plantea un dilema filosófico y epistemológico. Por otro lado, si la moral es relativa, una construcción animal –como plantea la psicología evolutiva-, eso querría decir que robar puede ser correcto, matar y secuestrar, extorsionar o descuartizar podrían ser solo conceptos relativos, sujetos a varias interpretaciones. Eso es lo que defienden Carlos Gaviria y todo el Polo Democrático con su postura frente al delito político. Eso es lo que promulgan el socialismo y la psicología evolutiva. Eso es relativismo moral.

Y, de nuevo, ¿cuál es el objetivo del Movimiento Nueva Era y de ciencias, como la psicología evolutiva, que apuntan al destronamiento de Dios y al ensalzamiento del hombre..?

El Nuevo Orden Mundial

Un Nuevo Orden Mundial que, gracias al relativismo moral y a la fusión de religiones orientales con ciencias occidentales, y religiones occidentales con ciencias orientales, pronto será posible usando como una de sus herramientas la educación comunal de los niños, es decir, la educación pública administrada por el Estado.

Oficialmente establecida en el mundo Occidental en 1717, la masonería enseñó que su meta era lograr que, un día no lejano, los comportamientos y valores de todos los hombres de todas las naciones evolucionarían naturalmente, hasta el punto en que todas las religiones se fusionarían. Cada individuo entendería por fin que todos los hombres son hermanos y que “todo en el universo se relaciona con todo”. Según los masones, este Nuevo Orden Mundial es inevitable y ocurriría –decían- natural y pacíficamente.

Sin embargo, el jesuita judío-alemán Adam Weishaupt, dijo que esto jamás podría ocurrir de manera natural y pacífica. Weishaupt aseguró que el cambio debía producirse únicamente mediante la revolución violenta.  Este judío jesuita y sus hombres infiltraron todas las logias masónicas, incluyendo las que se encontraban en América.

El gran dilema que se planteó Weishaupt, era cómo lograr un conflicto de tal magnitud que lograra deponer a todas las formas de gobierno conocidas para establecer ese Nuevo Orden Mundial. Sobra decir que, como jesuita, Weishaupt buscaba esto para consolidar este Nuevo Orden bajo el poder temporal del papa.

La respuesta le llegó a través de Hegel, un hombre influenciado por el luteranismo pietista, y quien –no obstante- había estudiado teología en la Universidad Católica de Tubinga donde, contradictoriamente, se graduaban los pastores luteranos de Alemania, y donde conoció a Friedrich Hörderlin quien estudiaba para sacerdote católico. Hegel, pues, solucionó en 1823 el problema de Weishaupt y quedó allanado el camino para que Karl Heinrich Marx, un judío alemán cuyo verdadero nombre era Kissel Mordecay, nacido en Treves, Prusia Renana e hijo de un abogado judío, diseñara su doctrina comunista a la que le dio el nombre de socialismo científico, y que ayudó a concretar Vladimir Ilich Ulianov Lenin, también de ascendencia judía y ambos financiados por Wall Street cuyos amos siempre han sido los Rockefeller, Carnegie, Morgan y Rothschild, todos ¡oh extrañas casualidades!, judíos sionistas y pertenecientes al grupo de los “Doce hombres justos” (G12), entusiastas patrocinadores de la revolución bolchevique.

Las ONG de DD.HH callan ante los horrendos crímenes del comunismo, patrocinados desde Wall Street. Relativismo moral

Aunque esto lo podremos tratar en otra ocasión, sólo déjenme decirles que gracias al trabajo de Weishaupt, Hegel, Marx y otros jesuitas “iluminados”, se dio forma a esta nueva corriente de pensamiento que tiene su base ideológica en la negación de Dios y la exaltación del hombre. Tanto la filosofía de los “iluminados” como del socialismo tienen idénticos principios que son –también- la plataforma teórica de la psicología evolutiva:

1. El hombre es inherentemente bueno.

2. Todos los problemas del hombre son resultado de un mal ambiente que el ser humano no ha podido cambiar (recuerden que no hay adaptación sino transformación del entorno). Esto resultó en la matanza de más de 200 millones de personas desde 1917.

3. La razón del hombre es suprema y conducirá irrestrictamente hacia el logro de una utopía terrenal.

4. El paradisiaco fin justifica cualquier medio necesario para lograrlo, así este medio sea vil (como hay relativismo moral, no interesa el medio). Esto tiene relación con la creencia de que el hombre puede alcanzar la felicidad reestructurando su ambiente. Así, cualquier acción, incluso la matanza sistemática de personas, el secuestro, la intriga política o el asesinato de indefensos civiles –incluso niños-, o la utilización de estos con fines bélicos, todo esto puede justificarse si se adelanta hacia la noble causa socialista. En eso se resume el pensamiento de todos los grupos socialistas del mundo, incluidos el Polo Democrático en Colombia y el Movimiento Socialista Bolivariano de Venezuela.

Curiosamente, el papa Karol Wojtyla, Juan Pablo II, acusado por muchos de auxiliador del comunismo, dijo: La Iglesia católica desea ofrecer a la sociedad su específica contribución en la edificación de un mundo en el que los grandes ideales de libertad, igualdad y fraternidad puedan constituir las bases de la vida en la búsqueda y en la promoción incansable del bien común.

“Libertad, igualdad y fraternidad”, es ese orden, son los ideales y bandera de la masonería. El editor y autor católico Piers Compton, escribe sobre los ideales católicos, que son también los mismos de varios pastores “evangélicos”:

El deseo de dominar el mundo, ya sea a través del poder de las armas, la cultura o la religión, es tan viejo como la historia….”

O, como lo expresa César Castellanos Domínguez, líder y dueño de la iglesia Misión Carismática Internacional: “La que Dios nos ha dado es una visión (la visión del Gobierno de los Doce) para alcanzar naciones enteras, para conquistar el mundo para Cristo..”(Liderazgo de éxito a través de los doce, pág. 392)

“Todo se relaciona con todo” adquiere así una triste realidad: socialismo, catolicismo, evangélicos, sionistas, ultraderecha, extrema izquierda, psicología evolutiva, naturalismo, G12… todo está unido, según la psicología evolutiva

De cierta manera, la premisa planteada por el evolucionismo y recordada por nuestra amiga psicóloga y educadora tiene fundamento. “Todo se relaciona con todo” es una cínica señal de que el proyecto neosocialista de un Nuevo Orden Mundial está en marcha.

Según Hegel, el conflicto entre dos fuerzas opuestas (tesis y antítesis) provoca otra fuerza resultante (la síntesis). El conflicto entre capitalismo (tesis) y comunismo (antítesis) deberá producir lo que conoceremos como el Nuevo Orden Mundial (síntesis).

Hacia allá se orienta buena parte de nuestra historia. Si todo este conflicto ha sido planificado, eso querría decir que el resultado también estaría planificado.

Por eso resulta inquietante –y obvio- que el Polo Democrático, ese “experimento social”, socialista y “ateo”, tenga entre sus ideólogos a sacerdotes jesuitas profarianos, como De Roux y Giraldo.

Por ello resulta inquietante que aparentes enemigos de las FARC –como Juan Manuel Santos- tengan planes y agenda secretos para reunirse con ellos a dialogar la manera en que la guerrilla dejaría las armas para entrar a participar en el gobierno, tal y como hizo el M-19 con César Gaviria Trujillo, otro neosocialista inmoral, proabortista, homosexual que sigue, de mano de la izquierda, conduciéndonos a los colombianos hacia el matadero.

Por ello resulta aterrador que los organismos que tienen la responsabilidad de aplicar las leyes y la justicia, estén en manos de beneficiarios de la mafia, alcahuetas de las FARC e inmorales que no tienen reparo en emborracharse a costillas de narcotraficantes y matones; aterrador que la justicia la administren los del Cartel de la Toga, enemigos de Colombia que suplantan testigos para acusar falsamente a militares y congresistas, y llevarlos a la cárcel sin importarles la evidencia de tal aberración y fraude procesal.

Eso es “psicología evolutiva”: eso significa que sus fines justifican los medios para conseguirlos, incluida toda la barbarie jurídica.

Estamos a su merced.

Agosto 12 de 2011

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