¿DÓNDE ESTÁ DIOS?

“Hay que poner la vida y el futuro en sus manos”

Por Rafael Gómez Martínez

Enero 7 de 2016

Comenzamos el 2016, un año que sin duda alguna no será fácil por todas las amenazas que nos rodean a nivel interno y externo. A nivel interno, con una economía en período de contracción, ya comentaré al respecto junto con una situación cada vez más polarizada por cuenta del proceso de paz en La Habana.

Vamos para el cuarto año de este proceso de sometimiento y humillación de la sociedad colombiana a los niños de Iván y al gobierno de JMS Kerenski. Cada vez se siente más lejana la posibilidad de los colombianos para contar con una paz justa, con cero impunidades y con reparación a víctimas de parte de los victimarios.

En medio de un calor y un viento infernal con tiempo seco en Villa de Leyva, región que comienza a presentar escasez de algunos alimentos como el tomate y la cebolla y con una inflación desbordada por cuenta del turismo gastronómico, asistí a la misa del 1 de enero.

Es misión de quienes nos consideramos católicos asistir a la misa con regularidad por acrecentar nuestra fe. Nuestra fe en Dios y nuestra fe en que a pesar de las dificultades y amenazas que se presentan para la sana y pacífica convivencia entre nosotros, el único consuelo verdadero que tiene el ser humano es refugiarse en Dios.

No solamente para pedir. En la Homilía del 1 de enero, la Iglesia Católica hizo énfasis en que se debe comenzar el año, los días, agradeciendo a Dios por la oportunidad que nos brinda para vivir el día a día. Poner nuestra vida y obra en manos de Dios es una labor diaria que todo católico y cristiano debe realizar.

Para ser agradecido con la vida que se tiene, hay que ser humilde de corazón reconociendo nuestras faltas, nuestros errores, nuestros pecadillos, como dijo el cura, nuestras angustias, nuestros temores. Y confiar. Confiar en que poniendo nuestra vida y obra en manos de Dios, todos los proyectos que emprendamos tendrán el resultado según su sabiduría.

Cuando cerraba esta columna de opinión, me acordé del hijo del coronel de la Policía asesinado en Pasto por las Farc. Su hijo, a la salida de la misa dijo: La paz no se encuentra en la Habana, la paz está dentro de cada uno de nosotros, así como se encuentra Dios.

El día en que los niños de Iván, quienes en medio de su arrogancia infinita viven con todos los lujos y comodidades en La Habana por cuenta de la generosidad de todos los colombianos pidan perdón a la sociedad por todos sus actos, sean humildes de corazón y se liberen de todos los pecados cometidos hasta hoy, ese día habrá paz en Colombia.

Mi conclusión es que Dios nos dios la tierra, las herramientas y la sabiduría para administrarla, así como también se nos dio el poder de elegir y tomar nuestras propias decisiones… pero infortunadamente la ambición, la corrupción, la deslealtad y la envidia que han generado los malos gobiernos han hecho de este planeta un mundo hostil, con abusos, sin valores, con miseria e impunidad. Mientras tanto, solamente me queda poner mi vida y mi obra en manos de Dios y que sea lo que Dios quiera tanto para mí, como para el país.

@ragomezmar