ME DUELE BOGOTÁ

Los problemas que dejaron Petro Gustavo y su combo son de tal tamaño que lo del metro será lo de menos

Me duele Bogotá

Los problemas que dejaron Petro Gustavo y su combo son de tal tamaño que lo del metro será lo de menos

Rafael Gómez Martínez
Rafael Gómez Martínez

Por Rafael Gómez Martínez

Febrero 19 de 2016

Comentó Felipe Zuleta Lleras en su columna del Espectador: “Hay asuntos de los que pasan en el país que me duelen mucho.” Con el permiso de Felipe, son muchas las cosas que me duelen de Bogotá pero el tema de Transmilenio, junto con el deplorable comportamiento del público asistente al clásico Santa Fe – Millonarios, más lo que está sucediendo con los usuarios de Uber agredidos por una banda de delincuentes taxistas como le sucedió a la hija de Francisco Santos, junto con la crisis en la salud, más las obras inconclusas de las anteriores administraciones, más la indolencia y arrogancia de la izquierda bogotana que cuando no está en el poder no deja gobernar; son algunas de las que más me duelen en estos momentos en la Bogotá de Peñalosa.

Los problemas que dejaron Petro Gustavo y su combo son de tal tamaño que lo del metro será lo de menos. Las realidades de Bogotá no dan espera, señor alcalde Peñalosa, ante lo cual se necesita aterrizar en vez de proponer utopías que tanto le gustan a la izquierda y no estoy seguro que en 48 meses que le quedan las resuelva todas.

Veamos algunas realidades que requieren de una atención inmediata, sin mencionar la profunda crisis de la salud:

Peñalosa, Mockus y Garzón
Peñalosa, Mockus y Garzón

Las obras inconclusas: El deprimido de la calle 94 con NQS, qué depresión. Dejaron una obra tirada en la calle 153 con Cra. novena, Laureano Gómez, hasta la Cra séptima hace más de siete meses. La obra de la calle 26 con Cra. séptima sigue ahí. Y, ahí se quedará. Sería bueno que se presentara a los bogotanos un inventario de obras inconclusas y su costo. Y, mucho ojo con los prediales que se vienen y la plusvalía de Petro Gustavo.

Transmilenio: Al desmesurado incremento de la tarifa se suma que  en la actualidad su demanda de usuarios es superior a su oferta lo que produce el deterioro en su prestación de servicio.

A eso, se le suma la irregular frecuencia de rutas. Pasan 5 o 6 buses en tránsito en plena hora pico. Es normal que la gente se rebote cuando su necesidad es llegar al trabajo. En hora pico, 5 minutos en cualquier estación es una eternidad.

Ahora resulta que como los usuarios protestan, en vez de tomar medidas contra la delincuencia, las frecuencias de rutas, los vendedores ambulantes, Transmilenio la emprende contra los usuarios.

La asistencia del público al estadio el Campin para ver el clásico Santa Fe – Millonarios viene de mal en peor. La mezcla del consumo de alcohol y marihuana dentro del estadio mientras los jugadores hacen deporte es un cocktail molotov como sucedió con los hinchas de Millonarios de las barras bravas, quienes se agarraron a trompadas entre ellos mismos.

A su vez, las barras bravas de cualquier equipo, no respetan ni a la mamá, ni la del árbitro, ni la del arquero, ni a nadie. Ni a los símbolos patrios. Ni a los muertos. Ni hablar del clásico desde el punto de vista deportivo. Tan bueno fue que dejó 5 heridos graves.

Si el alcalde Peñalosa no se pone el cinturón donde toca…

Puntilla: Dice Eduardo Pimentel: Al problema de JMS y sus mentiras hay que sumarle la gente imbécil que lo sigue. Sin comentarios.

@ragomezmar

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