EL VERGONZOSO PAPEL DE ADAM SCHIFF EN EL JUICIO POLÍTICO DEL PRESIDENTE TRUMP

Por Juan Torres
Noviembre 16 de 2019
Tomado de Libertad Usa.com

El siguiente es un texto de Juan Torres, M.D., analista residente en Estados Unidos:

Tres años después de tratar incesantemente de enjuiciar al presidente Trump, los demócratas encontraron dos razones para deshacerse de Trump. Según el reporte de la oposición, los cargos presentados contra el mandatario estadounidense son Abuso de poder y obstrucción al Congreso. Obviamente, las acusaciones iniciales de soborno, extorsión y traición – que tanto hablaron los demócratas – quedaron en nada.

Desafortunadamente, el proceso de enjuiciamiento de Donald Trump ha estado lleno de irregularidades, secretos y mentiras. El principal perpetrador es el demócrata Adam Schiff, actual presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Recordemos que todo comenzó con las reuniones secretas de Schiff después que su oficina recibió información del soplón Eric Ciaramela, un ex agente de la CIA y crítico de Trump quien trabajó para el vicepresidente Joe Biden durante el gobierno de Barack Obama. Ciaramela denunció a Trump sobre una conversación telefónica que el mandatario sostuvo con el presidente de Ucrania, Volodymy Zelensky. A partir de ese momento, Adam Schiff inició – maliciosamente – un proceso de enjuiciamiento destinado a destituir al presidente de EEUU.

Schiff mantuvo reuniones secretas con testigos cuidadosamente seleccionados por él. Algunos de los testigos resultaron ser no sólo antagonistas del presidente Trump, sino también simpatizantes del partido demócrata quienes habían previamente donado para campañas electorales de Barack Obama y Hillary Clinton. La selección sesgada de los testigos no fue suficiente. Adam Schiff impidió la participación de los republicanos y les negó el derecho a llamar a testigos.

Schiff prohibió que Eric Ciaramela, la persona responsable de la denuncia contra el presidente de Estados Unidos, testifique ante el Congreso. Irónicamente, al mismo tiempo anunció que no conocía a Ciaramela.

Adam Schiff no sólo evitó que Ciaramela testifique ante el Congreso, pero también impidió que el presidente tenga representación legal durante múltiples entrevistas secretas coordinadas por él y otros demócratas.

Para justificar el inicio de la investigación contra el presidente, Schiff le mintió al Congreso y al pueblo estadounidense y alteró el contenido de la conversación telefónica entre Trump y Zelensky. Según las propias palabras de Adam Schiff, se trató de una “parodia”.

Schiff mantuvo reuniones secretas con testigos cuidadosamente seleccionados por él. Algunos de los testigos resultaron ser no sólo antagonistas del presidente Trump, sino también simpatizantes del partido demócrata

Schiff fue más allá de lo mencionado arriba y decidió obtener las llamadas telefónicas de Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump. De hecho, Adam Schiff envió una citación a AT&T el 30 de septiembre y se apoderó de los registros telefónicos de varias personas allegadas al presidente. La actitud de Schiff fue descrita por analistas políticos como una violation vergonzosa de la propiedad ética y legal. Schiff dio a conocer la citación secreta de las comunicaciones entre Giuliani y Jay Sekulow (otro abogado de Trump), del congresista Devin Nunes y otros republicanos cuando presentó ante el congreso el reporte del impeachment contra el presidente Trump.

Durante las audiencias públicas en el Congreso, Adam Schiff bloqueó la intervención de testigos y legisladores republicanos en momentos críticos de los testimonios. Fue obvio, Schiff no quiso escuchar ciertas preguntas de los republicanos y ciertas respuestas de los testigos.

Adam Schiff anunció recientemente desde el Congreso los cargos contra Donald Trump para iniciar el juicio político y destitución del presidente. Schiff dijo que los demócratas simplemente “no pueden esperar que el pueblo estadounidense juzgue al presidente en las elecciones de 2020”. El comentario de Schiff puso claramente en evidencia que los demócratas están dispuestos a destituir a Trump antes de enfrentarlo en las próximas elecciones presidenciales.

A pesar que el informe del fiscal especial Robert Mueller exoneró al presidente en el caso de la trama rusa, Adam Shiff dijo que esperar hasta el próximo año “esencialmente permitiría a Trump engañar en otra elección”. Esta fue la última mentira de Schiff que expuso, una vez más, su obsesión enfermiza por destituir al mandatario republicano.

No obstante bloquear testigos, impedir la representación legal del presidente, acceder ilegalmente registros telefónicos y proteger al denunciante, Schiff alega que Trump abusó de la oficina de la presidencia y obstruyó al Congreso.

Adam Schiff quiere convencer al país que el proceso de enjuiciamiento del presidente Trump es justificado, legal y necesario. Los norteamericanos no comparten su opinión. Una encuesta nacional de la Universidad de Quinnipiac reveló recientemente que la mayoría de votantes apoyan al presidente y se oponen al impeachment.

El sesgo de Adam Schiff no puede estar más claro. Por un lado, acusa a Trump de querer obstruir la campaña electoral de Joe Biden; por otro lado, busca enjuiciarlo para bloquear su reelección presidencial.

Lo más importante en el juicio contra el presidente es que ningún testigo pudo demostrar que Trump condicionó la ayuda militar a Ucrania a cambio de la investigación de Joe Biden; un hecho que Adan Schiff se niega a aceptar.

Es hipócrita e inconcebible que Adam Schiff pretenda destituir al presidente de EEUU bajo los cargos de Abuso de poder y obstrucción al Congreso. Sus acciones hablan por sí mismas.